02/06/2007
¡Menudo regalo el del tandem Aguirre-Gallardón, Mariano!
En el victorioso PP hay bofetadas –con el florete a punto- para suceder a Rajoy
Cuenta Federico Quevedo, columnista de el confidencial.com, que la COPE montó una “particular campaña dirigida a conseguir que los votantes del PP” no votaran a Gallardón. Nada nuevo, pues. La inquina de Jiménez Losantos hacia Gallardón es perfectamente conocida por nuestros lectores, y desde hace mucho tiempo.
Pero conviene precisar que el periodista Quevedo es partidario del PP, como no oculta. Además, revela un episodio altamente significativo. El de la “cacería”, emprendida por la cadena de los obispos, para aniquilar a Gallardón como candidato.
Con la ayuda de Internet
Se desarrolló así, según Quevedo: “Para esta singular cacería de don Alberto se contó con la ayuda de Internet, y se llegó a escenificar incluso una quema nocturna de papeletas de la candidatura del PP al Ayuntamiento, en una imagen que bien podía recordar a la de la Santa Inquisición. Al alcalde se le había señalado como una especie de bestia negra de la derecha, como el anticristo del liberalismo, un traidor a la causa entregado al polanquismo (…)”
Excelentes resultados
Este periodista del periódico digital que dirige Cacho defiende a Gallardón, y subraya sus excelentes resultados en las urnas. En el título señala que “Gallardón vence a Losantos”. La respuesta del talibán de la cadena radiofónica católica ha sido fulminante y, como acostumbra, injuriosa.
La niña Malaya
Alardea de haber sido condescendiente con Gallardón: “Cuando Sebastián saca la historia de la niña Malaya yo podía haber machacado a Gallardón y no lo hice por respeto a los votantes del PP”. Añade: “Siempre he dicho que Gallardón era un peligro para la derecha. (…) Lo de atacarme a mí, me da igual. Las 30 monedas te las dará pero de chocolate; no del que tú crees”.
La guerra, reavivada
En todo caso, el fondo de la cuestión es otro. La guerra entre Esperanza Aguirre y Gallardón se ha reavivado con fuerza tras las urnas del 27-M. Si Quevedo va de gallardonista, como le sucede al diario ABC sin apenas margen para la duda, Losantos es un ardoroso escudero al servicio de Aguirre, a la que jalea sin complejos –como hizo el otro día en su entrevista televisada-, y de la que ha recibido favores mediáticos relevantes.
Insultador profesional
Aguirre, por su parte, no se corta un pelo, exhibe su buena relación con ese escudero y alaba en público la forma de ejercer el periodismo de tan insigne insultador profesional. A Aguirre la protegen también desde El Mundo y La Razón, y es vista con buenos ojos por el núcleo duro del aznarismo genovés.
El delirio
En la prensa de los barrios de Madrid, controlada por el PP y gratuita, la victoria de su partido ha sido vitoreada hasta el delirio. En Gente/Madrid, del distrito centro, se puede leer: “Madrid se convierte en cantera del voto Popular”. Y puntualiza: “El tándem Aguirre-Gallardón ha ofrecido a Mariano Rajoy el mejor regalo electoral en forma de votos”.
Número 2
Más que el “mejor regalo” habría que decir con más propiedad que esa tan cacareada victoria se ha transformado –tal como estaba previsto- en un regalo envenenado para Rajoy. Gallardón se apresuró a postularse como número 2 en la candidatura popular por Madrid. Es decir, se postuló sin rubor alguno como sucesor del frustrado sucesor.
Fuera de juego
Es verdad que ya lo había anunciado, pero su declaración reciente cogió en fuera de juego al propio Rajoy, que está que trina, mientras Aguirre mueve Roma con Santiago y parte del río Manzanares para advertir que no consentirá esa jugada sin que antes pasen por encima de su cadáver.
Graves problemas del PSOE
Que el PSOE tiene graves problemas en Madrid es sabido y amplificado por la medios satélites de la derecha y hasta por otros altavoces donde se acogen conversos y petimetres de la equidistancia o, si se prefiere, del resentimiento. Pero también hay bofetadas, vaya si las hay –y con el florete a punto y sin piedad- en el interior del PP madrileño.
Ahora o nunca
Los alabarderos periodísticos de Aguirre no cejan en sus cacerías de tinte inquisitorial –según la expresión de Quevedo-, buscando cepillarse a Gallardón. La guardia de corps de Gallardón flanquea a su señor, que sabe que ahora o nunca. El escenario ideal con el que sueñan los dos candidatos in pectore incluye, como condición sine qua non la derrota de Rajoy en las urnas generales. Sobre la defunción política del actual presidente del PP, se desarrollará el último round. O Esperanza o Alberto. O ninguno de los dos. Quizás un tapado. Pero nadie da un euro por Rajoy. ¡Menudo regalo el del tandem, Mariano!
E.S.