Comenzar de nuevo es la verificación de que estás vivo.

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Vivir con plenitud los cambios es, sin duda, el mayor regalo que te puede hacer la vida; pero la condición simple de existir no es siempre sinónimo de vivir porque para así sea hay que ponerle un poco de afición al asunto.
Esta bitácora ya tiene unos cuantos años, pero yo tengo muchos más; sin embargo de igual manera que en mi primera juventud ya picaba los clichés que después imprimían con las vietnamitas textos preñados de ansias de libertad y después utilicé la imprenta como elemento fundamental de difusión de una misma manera de entender la vida y se amplió el campo con la convergencia de la radio y la televisión, hoy sigo experimentando nuevas formas de comunicarme, de converger y de crear ámbitos de trabajo solidario para construir el presente y pensar el futuro. He partido siempre del analfabetismo técnico para ir consolidando una cierta práctica que me permitiera estar unido siempre a la realidad y a las personas.
Ha pasado tiempo, han pasado demasiadas cosas en ese poco tiempo; todo se acelera, todo se deteriora y hemos entrado en un mundo dominado por la vorágine de lo inmediato, del dinero rápido, de la especulativa prima única y de la galopante pobreza moral y económica.
Es hora de volver a utilizar la vietnamita digital para levantar un muro frente a la intolerancia y el saqueo de las arcas públicas y de las conciencias; es hora de utilizar todas ls armas de la paz para rescatar los derechos y la dignidad de las personas y de los pueblos, Es hora de volver a comenzar, otra vez, sin desfallecer a trabajar por un sistema político más justo, como hicimos hace muchos, muchos años; como hemos hecho en los tiempos de la juventud y de la madurez. Es hora de volver a empezar y aquí estamos, como siempre. Dispuestos. Sin cansancio. Sin miedo.
Vicent Vercher Garrigós

Abolir las armas, abrazar la política.

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ARTÍCULOS DE OPINIÓN

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  • ELISA SERNA

    08/01/2009

 

Abolir las armas, abrazar la política

Año Nuevo en Occidente, 1 de Enero 2009, 18:00 h.- … Difícil razonar, aunque no imposible; apartar el recurso al linchamiento, tan patriarcal como sobrado de pólvora y testosterona, el tomarse la justicia por nuestra mano, ante los crímenes contra la humanidad desatados en Israel y Palestina, por las tramas ocultas del espionaje internacional y los traficantes de armas, que hartos de heroína, corrompen la ética social de los gobiernos del mundo.

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Veamos, dijo un ciego: Palestina e Israel son dos países soberanos, con los que compartimos ocho siglos de antepasados. Su legado cultural, científico, artístico en «Al-Andalus», decían los hispano-bereberes y árabes, o «Sepharad» denominaron los hispano-judíos, es de tal dimensión y trascendencia, que esas Tres Culturas siguen operando, en mi opinión y a flor de piel, en nuestras actitudes de hoy.

La misma sangre
Españolitos que vienen al mundo predestinados a que «una de las dos Españas nos hiele el corazón», catalanes, extremeños, andaluces o manchegos, castellanos o valencianos, sentimos aun correr por nuestras venas una misma sangre, una misma memoria histórica, unas mismas geometrías, matemáticas, filosofía o costumbres, cosmovisiones, refraneros, ritmos y melodías, gastronomía, etc.

Derechos
El refrán que dice «quién bien te quiere, te hará llorar» cuadra perfectamente con las indignadas exigencias de Alto al Fuego, de Adelanto Electoral en Israel y Palestina, de vuelta a las Fronteras de 1967, con que hemos llegado casi a bloquear los foros de Internet, las calles de Madrid, antes Maherit, en esta Al-Andulus de hoy, en esta Sepharad de hoy. Permitidme apelar a los derechos de troncalidad ética de esta parte de la familia semita, que conversa a la fuerza y atravesando los siglos, cripto-judia o cripto-bereber, constituimos el grueso mayor de los cuarenta y seis millones de españoles.

Alto el fuego
Enamorados de esta tierra que nos vio nacer, no obstante, os sugerimos desde el respeto a vuestra soberanía, el inmediato Alto al fuego, hermanas y hermanos expulsados, errantes, de la diáspora, del exilio. Alto al fuego de una vez. ¿Tiene que haber otro Holocausto, para que el mundo comprenda cabalmente el sufrimiento entero que os acompaña desde el Decreto de Expulsión de los Reyes Católicos? No, radicalmente, no.

Si
¿Y para que ayudéis al mundo a proclamar el Adiós a las Armas definitivamente, para que consigamos Abolir el uso de las armas y sea la palabra, sephar, la negociación, la política, la libertad y el reparto, la solidaridad y la fraternidad entre todos nosotros, como propone un luminoso judío, Karl Marx, la ética de nuestras vidas? Sí, rabiosamente, sí.

Ghettos
¿No son los primeros kibuts de los años cincuenta, el código de ayuda mutua de los «ghettos», propuestas judías a revitalizar en Israel, en Palestina, o en España, mientras atravesamos la más solemne de las crisis del capitalismo?

Fraterarcado, ya
Entre mis deseos para el año nuevo, el mas irrealizable es, sin duda, el de la abolición de todas las armas del mundo, un salto cualitativo para todos aquellos partidos, sindicatos, universidades, que culminarán con éxito las civilizaciones comprometidas con el uso de la palabra, la negociación, la política, la libertad, la adquisición de nuevos conocimientos; civilizaciones sabedoras de que todos nos necesitamos en un momento dado y por ello, fraternales, respetuosas con el diferente. No estoy sola con mi sueño y es por eso más legítimo.

Una mirada global
Sin embargo, la realidad, siempre dialéctica, que queremos transformar, y solamente en el siglo XX, ha producido cien millones de victimas de guerra. 1OO,OOO.OOO de seres humanos con una vida y un proyecto vital destrozados. Dicen mis amigos pacifistas que existen en la Tierra arsenales atómicos suficientes para hacerla desaparecer de la Vía Láctea hasta cinco veces.

La Industria armamentista
Monografias.com ha editado un importante trabajo sobre el negocio de las armas, donde muestra gráficos comparativos entre los países industrializados y los países en desarrollo, los gastos militares y las exportaciones de armas en el mundo, durante el Siglo XX, cuyo análisis ponen al más feroz con los pelos de punta y abonan la necesidad imperiosa de reaccionar ante la hecatombe que el uso, controlado o descontrolado, de todos esos arsenales, supondría para la humanidad y para nuestro planeta.

Evidencias
Es evidente para la gran mayoría, simplemente sensata, que los capitales invertidos en armas, fueron la causa del derrumbe del Muro de Berlín, cuyos primeros picos y palas se hincaron contra el hormigón, desde el lado Este, porque comprendieron que la inversión en armas de disuasión, en arsenales que aterrorizaban, les faltaba para que los soviéticos llevaran una vida mas desahogada y serían mas que suficientes para erradicar el hambre y las enfermedades del mundo entero, por ejemplo.

El Universo, Patrimonio de la Humanidad
Mas allá de la auto-destrucción de la Tierra, los equilibrios de rotación y traslación del Sistema Solar, podrían dar en una desviación de órbitas que hiciera entrechocar a la Luna, Marte, Venus, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno o Plutón, creando un infinito agujero negro, con un poder de atracción tal, que deglutiría de un solo sorbo y en la fracción de un segundo, el Universo todo.

Los Señores de la guerra, al paro
Cuentan algunas crónicas del New York Times, que las compañías aseguradoras acostumbraban a romper los cristales de todos establecimientos que no contrataban sus pólizas. De madrugada enviaban a cualquiera de los muchos delincuentes que deambulaban por Nueva York, en los años veinte, dispuestos a ganarse, de cualquier modo, un puñado de dolares. Les destrozaban las lunas de los escaparates, a pedradas y desaparecían en las brumas de la noche, zumbando.

Desenmascaran el terrorismo de los traficantes
Sin embargo, es infinitamente mayor la falta de escrúpulos de los desalmados que exacerban, para crear la necesidad de las armas, conflictos como el de Israel-Palestina o ETA-Estado español, para luego venden armas a ambos contendientes. Incluso, pueden aparecer ante los medios de comunicación, como los mayores pacifistas de la Tierra. Desenmascararlos y llevarlos a los tribunales es posible. Pero ¿quien le pone el cascabel al gato? ¿Cómo cree que se podría abolir el uso de las armas?

Elisa Serna es cantautora, ex-presa y represaliada política

Tropecé con esta foto y ha evocado una cascada de recuerdos.

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A punto de cerrar mi ordenador he tropezado con esta foto que ha evocado una cascada de recuerdos; quizá la hora, el frio, la paz de la noche, la tranquilidad de mi casa…no se. Los recuerdos de ese frio de abrigos, guantes y bufandas, de botas tobilleras de suela recahuchutada con calcetines de lana y pantalon corto, de rodillas heladas y de cuerpo tembloroso caminando hasta la feria de Navidad, nervioso y con ansias de descubrir otro año las luces multicolores y la sirena mecanica de las atracciones. Mi niñez de los cincuenta, mis padres esforzados, firmes, cariñosos y trabajadores. De su manos que me cogian, andando.

Recuerdos de pasado que no se borran y que se hacen más presentes cada día que pasa porque no he pretendido nunca renunciar a ellos; son parte de mi vida, de mi forma de ser y de vivir los días desde la ilusión, el compromiso, la firmeza y la ternura.

La vida envolvente y circular que fluye siempre hacia el futuro. A veces los recuerdos son la energía necesaria para construirlo; y os aseguro que los tengo buenos, entrañables y magnificos. Y así sueño el futuro.

Vicent Vercher.

14.12.2008

Para el PP, la Ley sobre Reproducción Asistida no respondía «a una demanda social»

 ARTÍCULOS DE OPINIÓN

  • Hugo F. Silberman
  • HUGO F. SILBERMAN

    19/10/2008

 

El domingo 12 de octubre, día de la fiesta nacional, mientras el patriota Mariano Rajoy aguantaba estoicamente el “coñazo” del desfile de las Fuerzas Armadas, nacía en la Unidad de Genética, Reproducción y Medicina Fetal del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla el niño Javier Mariscal Puertas, noticia esta que se coló (fugazmente) entre las de la crisis económica-financiera. La trascendencia del nacimiento de Javier es inmensa en lo humano y científico, pero no se debe dejar de lado una cuestión previa sin la cual no habría tenido lugar tan maravilloso acontecimiento: voluntad política e ideología progresista.

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Javier tiene un hermano de seis años, Andrés, víctima de una extraña y rara enfermedad llamada beta-Talasemia major (anemia congénita severa), enfermedad hereditaria e incurable que obliga al enfermo (cada quince días) a recibir transfusiones de sangre, y una esperanza de vida que no pasa de los treinta y cinco años. La única posibilidad de cura es un trasplante de células madre extraídas del cordón umbilical de su hermano, para conseguirlo fue necesario someter a su madre a un Diagnóstico Genético Preimplantatorio, técnica basada en el análisis genético de embriones obtenidos por fecundación in vitro con el fin de transplantar al útero los que están libres de la enfermedad.

Nada de lo hasta aquí escrito hubiese ocurrido si no fuera porque lo permite la Ley sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida (Ley 14/2006 de 26 de mayo), aprobada durante el primer gobierno Zapatero y que contó con la oposición y voto negativo de la derecha conservadora, para quienes, en palabras de la diputada Mercedes Roldós, “Los cambios introducidos no responden a una demanda social, ni siquiera a una necesidad técnica manifestada por las sociedades médicas (…) plantea cambios radicales que han sido desaconsejados por los comités de bioética de todo el mundo”. ¿Por qué todos los avances científicos y de libertades “no responden a una demanda social” para el PP?

Tampoco lo hasta aquí escrito hubiese ocurrido si no fuera porque en el año 2002 la Junta de Andalucía contrató como asesor del programa andaluz de investigación con células madre a un científico español, Bernat Soria, hoy ministro de Sanidad, que se tuvo que marchar a la Universidad de Medicina de Singapur para seguir desarrollando su actividad científica, que estuvo perseguida en la Comunidad de Valencia y por el Ministerio de Sanidad. En 2004, ya radicado en Andalucía, dirigió el Laboratorio Andaluz de Terapia Celular y en 2005 el Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa.

Otros serían los actores de esta historia si no fuera porque el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla es parte integrante de la red sanitaria pública, universal y gratuita. Es importante remarcar este carácter porque demuestra que el acceso a las mas modernas técnicas científicas está al alcance de todos los ciudadanos por el solo hecho de serlo (se calcula que cada intento de fecundación cuesta unos 12 mil euros) y también el altísimo nivel científico y profesional de la sanidad pública, una reflexión muy apropiada en Madrid y Valencia, abocadas a una salvaje privatización y degradación del sistema sanitario.

Estadísticamente es probable que Javier sea bautizado en la fe católica ¿qué pensará el cura que oficie la ceremonia de la actitud contraria y beligerante de su Iglesia a la fecundación in vitro y la experimentación con células madre?

Bienvenido Javier, felicidades Andrés, gracias médicos, biólogos y a todo el personal del Hospital Virgen del Rocío, entre toda la porquería que estamos viendo y viviendo, vosotros aportáis vida y futuro.

Hugo Silberman es licenciado en Derecho y comentarista

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Javier tiene un hermano de seis años, Andrés, víctima de una extraña y rara enfermedad llamada beta-Talasemia major (anemia congénita severa), enfermedad hereditaria e incurable que obliga al enfermo (cada quince días) a recibir transfusiones de sangre, y una esperanza de vida que no pasa de los treinta y cinco años. La única posibilidad de cura es un trasplante de células madre extraídas del cordón umbilical de su hermano, para conseguirlo fue necesario someter a su madre a un Diagnóstico Genético Preimplantatorio, técnica basada en el análisis genético de embriones obtenidos por fecundación in vitro con el fin de transplantar al útero los que están libres de la enfermedad.

Nada de lo hasta aquí escrito hubiese ocurrido si no fuera porque lo permite la Ley sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida (Ley 14/2006 de 26 de mayo), aprobada durante el primer gobierno Zapatero y que contó con la oposición y voto negativo de la derecha conservadora, para quienes, en palabras de la diputada Mercedes Roldós, “Los cambios introducidos no responden a una demanda social, ni siquiera a una necesidad técnica manifestada por las sociedades médicas (…) plantea cambios radicales que han sido desaconsejados por los comités de bioética de todo el mundo”. ¿Por qué todos los avances científicos y de libertades “no responden a una demanda social” para el PP?

Tampoco lo hasta aquí escrito hubiese ocurrido si no fuera porque en el año 2002 la Junta de Andalucía contrató como asesor del programa andaluz de investigación con células madre a un científico español, Bernat Soria, hoy ministro de Sanidad, que se tuvo que marchar a la Universidad de Medicina de Singapur para seguir desarrollando su actividad científica, que estuvo perseguida en la Comunidad de Valencia y por el Ministerio de Sanidad. En 2004, ya radicado en Andalucía, dirigió el Laboratorio Andaluz de Terapia Celular y en 2005 el Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa.

Otros serían los actores de esta historia si no fuera porque el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla es parte integrante de la red sanitaria pública, universal y gratuita. Es importante remarcar este carácter porque demuestra que el acceso a las mas modernas técnicas científicas está al alcance de todos los ciudadanos por el solo hecho de serlo (se calcula que cada intento de fecundación cuesta unos 12 mil euros) y también el altísimo nivel científico y profesional de la sanidad pública, una reflexión muy apropiada en Madrid y Valencia, abocadas a una salvaje privatización y degradación del sistema sanitario.

Estadísticamente es probable que Javier sea bautizado en la fe católica ¿qué pensará el cura que oficie la ceremonia de la actitud contraria y beligerante de su Iglesia a la fecundación in vitro y la experimentación con células madre?

Bienvenido Javier, felicidades Andrés, gracias médicos, biólogos y a todo el personal del Hospital Virgen del Rocío, entre toda la porquería que estamos viendo y viviendo, vosotros aportáis vida y futuro.

Hugo Silberman es licenciado en Derecho y comentarista

El filósofo Paolo Flores d’Arcais le expone a Rouco su gran confusión.

MACRO/VIDA

“La amenaza totalitaria se hace realidad cuando una institución decide por el ciudadano cómo debe ser su vida”

ELPLURAL.COM

Rapapolvo para Rouco Varela desde las páginas de opinión de El Pais. Al filósofo Paolo Flores d’Arcais no le han gustado nada las declaraciones del cardenal arzobispo de Madrid, cuando volvió a acusar al laicismo de querer hacer realidad «la dictadura del relativismo ético». A través de un pulcro y cristalino artículo, d’Arcais le explica a Rouco como jamás se podría comparar al laicismo con una dictadura, mientras que las intenciones de la Iglesia de hacer acatar a la sociedad sus normas sí son dictados.

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“Sólo se puede hablar de dictadura cuando a los ciudadanos se les obliga a aceptar, contra su voluntad, las decisiones de un poder autoritario”, dice d’Arcais. “La amenaza totalitaria se hace realidad tan sólo cuando una institución pretende decidir en lugar del ciudadano cómo debe ser su vida”.

Dios del amor
“¿Cómo un «Dios del amor» puede obligar a los enfermos terminales a sufrir meses de torturas?”, se pregunta d’Arcais en su artículo: “Es un amor verdaderamente extraño éste que se atribuye a Dios”. D’Arcais es categórico en la respuesta: “, al atribuir a Dios una crueldad semejante, demuestran ser los herederos -claramente no arrepentidos-, no de Francisco de Asís, sino del inquisidor Torquemada”.

Carácter pluralista
Según el filósofo italiano, “sólo se puede hablar de dictadura cuando a los ciudadanos se les obliga a aceptar, contra su voluntad, las decisiones de un poder autoritario”. En cambio, “el famoso relativismo laicista no pretende jamás obligar a nadie”, ya que representa “el carácter pluralista de una sociedad abierta”. Ese relativismo es el que ha permitido que “cada mujer escoja con libertad si quiere llevar a término su embarazo”.

«Dios no habla»
“La amenaza totalitaria se hace realidad tan sólo cuando una institución pretende decidir en lugar del ciudadano cómo debe ser su vida”, replica d’Arcais, quien confía en que Rouco “Varela no responda que el que dispone sobre mi vida, como de la vida de cualquiera, no es quien la vive sino Dios”. “Dios no habla, sino que son siempre seres humanos los que hablan en su nombre (cosa que, aparte de todo, es una forma de delirio de omnipotencia)”, explica el filósofo.

Discriminación de los no creyentes
Otra de las razones que esgrime d’Arcais para restar autoridad a Dios frente al laicismo es que “Dios existe para unos pero no para otros, y todos son ciudadanos”, así que, viviendo en una democracia “Dios no puede convertirse en argumento”, porque discriminaría a los no creyentes.

La disposición de la vida de la Iglesia
D’Arcais también le recuerda a la Iglesia las ocasiones en que ha sido ella la que ha optado por “disponer ilimitadamente de la vida”, como Rouco acusa al laicismo de hacer. “Rouco Varela sabe a la perfección que la Iglesia católica no ha condenado hasta hace muy pocos años, y con una formulación ambigua, la pena de muerte (que estuvo en vigor en la Ciudad del Vaticano hasta 1969)”. Y de paso hace una mención al servicio militar obligatorio, donde la lucha por la objeción de conciencia representa una de las batallas laicas “en las que la Iglesia católica NO ha participado”.

Motivos para ser feliz…las pequeñas cosas de la vida.

4 de Octubre de 1950. Mi madre me la contaba una y otra vez cuando era niño y cuando era mayor; seguramente para que recordara la precariedad de una postguerra cruel, pobre y con ambre por doquier. Las restricciones de la energía electrica crearon el climax de mi nacimiento aquel dia frio, como los de octubre de antes, en plena noche y con el quinqué de petróleo sobre el armario ropero de las habitación de mis padres. El doctor Escamilla y la «tía Pepeta» la mujer que trajo al mundo a toda una generación del pueblo en el que naci y en el que sigo viviendo hicieron un buen trabajo en aquellas precarias condiciones. Fuí el primero de los cuatro hermanos a los que quiero con toda mi alma y todos nacieron el la misma cama domestica y sencilla de la que mi madre me enseñaba las sabanas blanquisimas que ponía para parir y el cobertor tojo granate que bordó de manera primorosa en la escuela de costura de las monjas del pueblo manchego al que fué a parar con mis abuelos depues de acabada la Guerra Civil. Recuerdos de cosas pequeñas, cotidianas y cercanas que me hacen ser feliz en este día que cumplo 58 años en este mundo que continua siendo injusto y hostil al que le hace falta algo más que una mano de pintura.

Presente compartido con mi familia, la que nació un calurosisimo día de julio de hace ya veinticinco años en una boda sin traje blanco ni perifollos y con un convite nupcial en la terraza de la casa familiar rodeados de la gente que realmente queriamos. Tiempos de lucha y esperanza y de ilusión por construir un futuro que se alimentó del compromiso social de mi compañera y de mi desapego por las cuestiones que tenian que ver con el miedo o el silencio. Los dos hijos que nacieron en un mundo alborozado por la libertad recien estrenada y que creo que se han contagiado de aquel ambiente cordial, amigable y abierto en el que vieron la luz y en el que se criaron con todo nuestro cariño y el de la «mare Sunsi» la mujer más bondadosa que nunca haya conocido y que nos permitió lo que hoy se llama conciliar la vida laboral, política y familiar llenando de ternura la vida de los dos pequeños. Todavía recuerdo sus ojos la noche del 23 de Febrero, sorprendidos por tanta llamada telefónica amenazante que dibujaba la preocupación en las caras de los mayores.Hoy, cuando cumplo 58 años, pienso en la madurez de su caracter y en su correcto amueblamiento mental porque para nada les ha afectado todas las malas historias que habran tenido que vivir por mis responsabilidades políticas. Su emancipación fué temprana, como debe ser en el camino para convertirse en personas independientes, maduras y adultas. Nos separan muchos kilometros pero su presencia es algo inmanente, tangible y real en la vida cotidiana que seguimos compartiendo, con mas achaques que aquel calurosisimo día de julio, veinticinco años despues. Cariño, dialogo, comprensión, educación, respeto y bastante humor han contribuido a salvar malos momentos; especialmente la muerte de los padres de Herminia y mis padres. Todos han muerto en las mismas camas en las que nacimos todos; con tranquilidad, en casa, con los suyos, pero con luz y cuidados paliativos. No estabamos en la postguerra. Cosas cotidianas. Cosas vividas con intensidad. Cosas compartidas. Cosas que nos permiten ser felices.

Hoy, en el trabajo, un compañero me ha recordado que la naturaleza nos ha puesto los ojos bajo de la frente y no en el cogote para que miremos al frente y al futuro y no lo hagamos dirctamente hacia el pasado. Y es cierto porque el pasado se recuerda y el futuro se ve. Ojala la misma naturaleza nos conceda muchos años de vida para que no solo veamos el futuro, sino para que sigamos trabajando desde el compromiso con la paz, la justicia y la solidaridad en la construcción de una sociedad de personas iguales, de un sistema político justo y libre, de una conciencia cívica respetuosa con el entorno y de un mundo en paz.

Por la ventana de mi despacho en el que escribo este post entra la música de las fiestas de la calle de San Francisco que tiran fuerte de la alegria para hacerla presente en un mundo desigual victima de los movimientos del capital especulativo y la injusticia. La calle de mi pueblo no es Wall Street, pero seguro que hay mas felicidad por metro cuadrado que en la gran manzana financiera; un sentimiento que quiero compartir con los vecinos desde detras de las cortinas de loneta blanca, regalando a todos los bellos acordes del My Sweet Lord en el homenage a George Harrison; un motivo mas para ser feliz, una bellisima canción que, para mí, evoca toda una vida.

Vicent Vercher Garrigós

L’Alcúdia de Crespins a 4 de octubre de 2008.

P.S. Cuando acabo de escribir este post veo el marcador de esta bitacora; 400.854 entradas. Tantos otros clics que han hecho visible la información que día a día cuelgo en este espacio digital que solo quiere contribuir a democratizar el conocimiento y crear un espacio para la libertad y la convivencia. Gracias a todos los que habeis entrado a visitarme porque esto, tambien es un mitivo de felicidad.

Aprobado el anteproyecto de la primera ley española sobre la muerte digna

La normativa obligará a los hospitales a cumplir el deseo del paciente

4 de septiembre de 2008

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha aprobado el anteproyecto de Ley de Derechos y Garantías de la Dignidad de las Personas en el Proceso de la Muerte, una norma que está previsto que entre en vigor a finales del año 2009. Se trata de la primera ley de estas características que se aprobará en España, y en la que prevalecerá la voluntad del paciente.

Según recoge el documento, se otorga plena autonomía y libertad para morir de la forma más digna, en función de los deseos del enfermo. Asimismo se establece que los enfermos terminales puedan rechazar tratamientos aunque con ello puedan poner en riesgo su vida, así como su derecho a recibir información comprensible para facilitar la toma de decisiones.

El texto legal incluirá un glosario de términos en el que se definirán todos los conceptos reflejados en los artículo y establece novedades como la mejora en la accesibilidad a la elaboración de su testamento vital y su incorporación, a partir de ahora, a la historia clínica de la persona.

También se incluye la posibilidad de que se administren cuidados paliativos integrales a domicilio, o que los centros dispongan de habitaciones individuales para estos pacientes y sus familiares. El objetivo del gobierno andaluz al elaborar esta ley es conseguir una legislación que clarifique a la ciudadanía el ejercicio de los derechos del paciente durante la última etapa de la vida. Asimismo, se intenta asegurar el respeto a su voluntad, dignidad y autonomía, a la vez que los deberes de los profesionales sanitarios encargados de la atención y las funciones de los centros sanitarios e instituciones.

Ningún hospital público, privado o religioso podrá oponerse ya que su derecho prevalecerá sobre los criterios del centro o de sus equipos médicos. Sin embargo, la eutanasia activa queda fuera de esta ley, ya que está tipificada como delito dentro del Código Penal y la comunidad no tiene competencia para legislar en esta materia.

Según una encuesta realizada por la Consejería de Salud de esta comunidad autónoma en el 2007, en caso de no existir unos mínimos de calidad, ocho de cada diez ciudadanos se muestran favorables a no prolongar la vida de forma artificial.

Doctor Luis Montes: «La vida es un derecho, no una obligación»

POLÍTICA

 

El doctor Luis Montes reclama en Elplural.com los cuidados paliativos

«La vida es un derecho, no una obligación»

Los médicos Luis Montes y Fernando Soler, del Hospital Severo Ocho de Leganés se felicitan ante la voluntad del Gobierno andaluz de aprobar la eutanasia pasiva.

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El debate ciudadano sobre una cuestión de tanto calado como el derecho de las personas a decidir sobre la propia muerte, suscita en los agentes sociales un cúmulo de pasiones y reacciones emocionales que interfieren, lo oscurecen y distorsionan alejándolo del clima de racionalidad que requiere un análisis reposado y multidisciplinar de un tema tan capital.

Visceralidad de algunos
Partiendo de concepciones de la vida muy diferentes, cuando no radicalmente opuestas, las diferencias ideológicas generan a menudo una visceralidad que en nada contribuye a la expresión serena de puntos de vista ni a la clarificación de posturas. Esos posicionamientos previos, esos “principios” en que se sustentan las diferentes visiones del problema, no sólo afectan al hecho nuclear del debate: a como uno entiende la vida y la muerte, también a la forma de entender la libertad y los derechos de las personas, a la visión misma de la sociedad y a la relación de los ciudadanos con las leyes. No es extraño pues que resulte difícil hacerse oír en medio de un debate tan ideologizado y entre sordos.

Persecución salvaje
Quienes hemos sufrido en nuestras carnes cómo una práctica de buen hacer médico, la sedación de pacientes terminales, es decir el alivio del sufrimiento que la agonía comporta, dio lugar a la persecución más salvaje e injustificada de unos profesionales por parte de las autoridades sanitarias, sabemos algo de cómo desde el poder y sus medios de difusión se puede entorpecer intencionalmente un debate, confundiendo interesadamente sedación con eutanasia y eutanasia con asesinato, cuando no con supuestas limpiezas étnicas, exterminio de ancianos y discapacitados y otras lindezas que, si bien han sido finalmente desmentidas por los jueces, han ocasionado restricciones objetivas del auxilio médico en la muerte de las personas. El miedo de muchos médicos a sufrir una persecución similar a la del Severo Ochoa ha causado mucho dolor innecesario que alguien deberá pagar alguna vez.

Garantía del derecho a morir sin sufrimiento
Por eso, recibimos con satisfacción la noticia de que el Gobierno Andaluz prepara una normativa dirigida a garantizar a los pacientes alguna cota de decisión sobre sus vidas y sobre el modo en que quieren morir, garantizando que ningún médico que comparta los puntos de vista del Obispo Emérito de Pamplona, les va a hurtar su derecho a morir sin sufrimiento.

Contradicciones
Cierto es que los instrumentos legales existentes deberían ser suficientes para garantizar estos derechos, pero la realidad es que algunos de ellos parecen más dirigidos a lo contrario. ¿Qué sentido tiene si no, que la Ley de Instrucciones Previas (Testamento Vital) de la Comunidad de Madrid, gobernada por el PP, establezca en su artículo 3º-3 que “los profesionales sanitarios podrán ejercer la objeción de conciencia con ocasión del cumplimiento de las instrucciones previas”? Si tales instrucciones están restringidas a lo permitido en la propia ley y limitadas por la Lex Artis. ¿en qué norma ética puede basarse la negativa de un médico a seguir los deseos de su paciente rechazando un tratamiento que prolongue innecesariamente su agonía, o solicitando el alivio de su sufrimiento?

Patente de corso
No podemos olvidar además, que esa supuesta Lex Artis puede convertirse en una patente de corso en manos de un grupo de autodenominados expertos, elegidos a tal efecto por cualquier político o servidor de políticos. El conflicto provocado por el consejero Lamela en el Severo Ochoa de Leganés es un magnífico ejemplo de que esta afirmación está muy bien fundada.

Izquierda huidiza
Tampoco vamos a pecar de optimistas, tenemos claro que esa futura ley andaluza, que ya se está rotulando, sobre todo por quienes afilan los cuchillos para rechazarla, como ley sobre la eutanasia, no va a entrar en la cuestión fundamental que la sociedad debiera estar debatiendo de no haberse frenado por la acción premeditada de los elementos más reaccionarios de la derecha y, por qué no decirlo, la cobardía de la izquierda en el poder que huye de un debate en el que no tiene claros los argumentos. Nos referimos, claro está, al derecho ciudadano a disponer el final de su vida cuando considera que lo que resta de ella no merece ser vivida.

Por contribuir modestamente a este trascendente debate, queremos expresar algunas de nuestras reflexiones:

Derecho a la vida
En primer lugar, consideramos que la vida es un derecho, no una obligación. Este derecho a la vida que se formula desde casi todas las constituciones, idearios éticos y religiones (aunque casi nunca ha impedido el exterminio de los contrarios en nombre de los dioses respectivos) en la práctica se encuentra limitado al derecho a no ser arrebatada por otro; en modo alguno a que uno mismo pueda disponer de ella. Las religiones ponen la propiedad de la vida en manos de sus dioses, de tal modo que las personas quedamos reducidos a simples usufructuarios de este bien que como tal, estamos obligados a preservar. La vida se convierte de hecho, en una obligación. Los Estados, por cierto, aprovechan esta concepción de la vida obligatoria para ejercer dominio sobre las personas ya que nadie hay más libre que quien es dueño de su vida y la cohesión social no está basada tanto en la libertad real de los individuos cuanto en el dominio de los más por los menos.

La religión, con su doctrina moral y el estado con las leyes que traducen esos principios en la práctica, generan sin embargo contradicciones profundas que es preciso mostrar a los ciudadanos para su análisis.

Suicidio
Por ejemplo, el Tribunal Constitucional ha negado la existencia de un derecho fundamental al suicidio, que a nuestro juicio emanaría directamente del constitucional derecho a la vida. Esta negación del derecho a poner fin a la propia vida, choca con el derecho reconocido por la llamada Ley de Autonomía del Paciente, por las de últimas voluntades y por el propio Código Penal de 1995 que reconocen el derecho del paciente a decidir la no aplicación o la suspensión de tratamientos y procedimientos que pueden prolongar su vida, lo que en definitiva es dar preeminencia al derecho de autonomía sobre la obligación de preservación de la vida. ¿Qué lógica tiene que uno no pueda quitarse la vida y sí decidir que se le desconecte de un aparato respirador, lo que conducirá a la muerte de un modo cierto?

Incongruencia legal
En esta incongruencia argumental de las leyes se llega a lo que a nuestro juicio es un desatino total: el Código Penal vigente desde 1995 (que ciertamente fue un paso en la descriminalización de ciertas conductas eutanásicas) establece el carácter de “necesaria” que debe tener una conducta en el marco eutanásico para quedar tipificada como delito. Quedan fuera del tipo penal las conductas que prestan una ayuda al suicidio sin la cual éste hubiera podido igualmente llevarse a cabo. Por explicarlo más sencillamente: la jurisprudencia no considera delito la ayuda al suicidio eutanásico si éste hubiera podido llevarse a cabo de otro modo por el suicida; la conducta sería atípica por no necesaria. Llegamos así al hecho incongruente –y discriminatorio a nuestro juicio– de que no es punible facilitar un veneno a un paciente terminal que lo solicita, si el tal paciente hubiera podido terminar con su vida de esta u otra forma y sí resulta delictivo administrar ese veneno a un paciente que lo solicita y que no tiene la posibilidad de procurárselo a si mismo por estar impedido. Fue el caso de Ramón Sanpedro. De esta contradicción resulta que ayudar al suicidio eutanásico a un paciente que lo desea y lo solicita, es un hecho delictivo, aunque atenuado respecto de la ayuda al suicidio no eutanásico, sólo si el paciente está incapacitado para procurárselo a sí mismo. ¿Hay desatino más discriminatorio con el más débil que es el imposibilitado para llevar a actos sus decisiones?

Autonomía real de la persona
Nuestra propuesta es que se establezca legalmente como principio generador de derechos, la autonomía real de los individuos, esto es, la capacidad de decidir por si mismos cuándo consideran que su vida ha dejado de ser un bien y, consecuentemente, el modo y momento de ponerle fin. Establézcanse todas las garantías legales precisas para evitar los abusos pero déjese que los médicos decidamos hasta dónde entendemos que debe llegar nuestro compromiso de procurar alivio al ser humano doliente.

Luis Montes Mieza y Fernando Soler Grande son médicos del hospital Severo Ochoa de Leganés.