VICTORIA LAFORA: «GUARDARSE LAS ESPALDAS». a PROPÓSITO DEL PRESIDENTE NAVARRO DE UPN.

ARTÍCULOS DE OPINIÓN

  • Victoria Lafora
  • VICTORIA LAFORA

    10/08/2007

 

Guardarse las espaldas

Al margen de lo que pase hoy, en la votación del candidato de la derecha a la presidencia de Navarra, Sanz se ha cuidado de guardarse las espaldas. Dentro de su discurso conciliador, muy lejos del radicalismo tenebrista de hace escasos meses, introdujo una clara amenaza a los socialistas navarros de disolución anticipada si no le dejan hacer.

Algo así como: “yo no voy a tragar porque ya he demostrado valor al aceptar el reto de gobernar en estricta minoría”. Su advertencia tiene calado porque Sanz y los dirigentes del PSN saben que, con la crisis que atraviesa el socialismo navarro, unas elecciones anticipadas podrían volver a dar a la marca del PP en Navarra la mayoría absoluta y que Na Bai recoja los votos de los descontentos con la imposición de Ferraz.

La moderación de su discurso no se basó solo en los guiños lanzados a la bancada socialista; lo más destacado fue que dejó de dar la tabarra con la mentira, casi convertida en eslogan de campaña, de que el Gobierno de Zapatero iba a vender Navarra. Se comprende que las juventudes del PSN, que se han hartado de oír frases como esta y peores, no hayan esperado ni siquiera a la intervención de su portavoz en la cámara autonómica y hayan dimitido en bloque.

El sector crítico del PSN, el que no acepta a Carlos Chivite como secretario general, no tiene claro que se vayan a abstener hoy en la elección de Sanz. Pese a ello le basta con que tres socialistas se abstengan para conseguir la investidura. Eso si, mas debilitado si cabe y con más riesgo de una censura. Sobre todo porque un inasequible al desaliento Patxi Zabaleta reiteró ayer que no renuncia a un gobierno de progreso con el PSN.

Resulta también sorprendente el “abandono” del candidato de UPN, tan jaleado, acompañado, respaldado y apoyado en campaña por los máximos dirigentes del PP (ese partido hermano) y a los que no se vio en la tribuna de invitados escuchando el discurso del que también es su candidato.

No se vio en Pamplona ni a Rajoy, ni a Acebes, ni a Zaplana, que tan prestos acudieron a Navarra para manifestarse en contra de la “entrega” de la Comunidad Foral a los vascos y que repitieron hasta la saciedad la frasecita de que Navarra era la moneda de cambio a los etarras. Ahora han dejado solo a Sanz porque sin mayoría mas vale no mojarse.

Tampoco se vio a nadie, salvo al portavoz parlamentario Diego López Garrido, de la Ejecutiva Federal socialista. Seguramente temían una pitada soberana.