VIDAS EJEMPLARES
Réquiem por la población bañista
21:55 |
MANUEL S. JARDÍ
Las hemerotecas son como los rabos de pasa contra fugas de memoria, sobre todo cuando ciertos olvidos son interesados. Apenas hay que rastrear el archivo para que salten primeras páginas y vistosos despliegues tipográficos sobre los efectos devastadores -geográficos y económicos- provocados por esas tormentas ajenas a los planes de abuso urbanístico, que desmaquillan el paisaje de floripondios y demás obras públicas inadecuadas. Compruébese la frecuencia del suceso y su balance en las primitivas playas, discretas víctimas de toda clase de excesos, que tras la acción del fenómeno meteorológico exhiben unas entrañas desnutridas, incluso de las toneladas de arena que se depositaron para mantener las apariencias después de alterar el curso de la naturaleza. La ampliación del puerto de Valencia ya tiene luz verde, ¿alguien llegó a dudarlo? Las obras de la Copa del América exigen abundante provisión de áridos para corregir las pérdidas en la Malva-rosa. ¿Paga Bertarelli? El Ministerio de Medio Ambiente dice que vigilará la construcción del Shanghai mediterráneo y propondrá medidas correctoras, a poco que se observe la regresión de la costa que aún comparten bañistas y medusas. Pues que se arremangue la vigilante y cuando el nivel del mar le alcance la rodilla a Cristina Narbona porque el litoral marchó sin dejar señas, que ordene la reposición de arena de playa, materia por lo visto inagotable, barata y disponible al por mayor en cualquier ultramarinos autorizado.
Las organizaciones empresariales están que se construyen encima. Los contenedores de China Shipping y compañía son la nueva fiebre del oro, el horizonte de esplendor que, cuando terminen de enladrillar el paisaje, nos mantendrá en el escaparate del mundo mundial y en los discursos oficiales, más allá de las carreras de bólidos y las regatas de alcurnia. Apresúrense con las autopistas, peajes y demás servidumbres para el tráfico rodado, que naturalmente usará biocombustibles con sabor a naranja. Los intereses de las patronales no siempre, ni siquiera a veces, coinciden con los del contribuyente común (la condición de ciudadanía fue derogada sin previo aviso), pero en esta ocasión partidos de orden y asociaciones vecinales se muestran en sintonía con el fragor de grúas y tráfico pesado que nos llenará, a unos más que a otros como es costumbre, de lingotes y billetes de curso legal. También Carmen Alborch, aunque ella ya estuvo en la presentación del sarao en Madrid, el 7 de junio del año pasado, cuatro días después de dejarse ver en la manifa del Compromís pel Territori. Fue cuando Esperanza Aguirre dijo que el puerto de Valencia «es la salida natural de Madrid al mar y la prolongación del puerto seco de Coslada al Mediterráneo». Pues eso, que vamos a ser la envidia de Goldfinger, del Tío Gilito, de Rupert Murdoch y de Aznar, su vendefajas más internacional.
Valencia patatera
Es de esperar que don Juan B. Soler ofrezca un generoso aguinaldo a ese ramillete de concejales que le han permutado los patatales, digo parcelas, por el nuevo estadio y las recalificaciones derivadas. Como no podía ser de otra manera, que hubiera dicho Zaplana en horas más gloriosas. Se lo han ganado. Unos más que otros, sí, pero ya se sabe que el que no está a favor del pelotazo, es un mal patriota. Se trate de Benicalap, Porxinos, Paterna, o aquella cagada de las torres del Mestalla en tiempos del otro feudal. Por Navidad, no olviden las patatas para la servidumbre.
Publicado en Levante-EMV/OPINIÓN 6.08.2007