LA SOLEDAD DE RAJOY HA ENTRADO EN LA DERIVA QUE PRESAGIA EL CATACLISNO.

carlos_carnicero.jpg

22/11/2007

La soledad de Rajoy ha entrado en la deriva que presagia el cataclismo

Cuando las ratas abandonan el barco

La soledad de Rajoy ha entrado en la deriva que presagia el cataclismo. No hay mejor termómetro de las catástrofes políticas que la ocasión en que el director de El Mundo abandona sus alianzas, ejecuta sus traiciones y pergeña nuevas amistades. La historia está suficientemente repetida para hacer inexplicable que todos los líderes hayan caído en ella. El personaje sobrevive sólo porque el miedo que promueve su falta de escrúpulos es proporcional a la cobardía de quienes se le acercan.

Estamos hablando de alguien que entiende el oficio de periodista como la adecuación de la información a sus intereses personales. Para ello jamás puede ser observador sino participe: escribe sobre lo que él ha diseñado y otros ejecutan y jalea lo que más tarde terminará por denunciar. El caso más emblemático es su incitación a la guerra sucia contra ETA. Calentó las bajas pasiones contra el terrorismo cuando ponía en peligro la democracia. De sus escritos puede deducirse -con una contundencia que ya quisieran sus diatribas contra la sentencia del 11-M- que él sí fue el autor intelectual de los crímenes del GAL, si por esa categoría no jurídica podemos entender la formulación razonada de la necesidad de atacar a ETA en sus madrigueras y al margen del estado de derecho.

La última pastoral
Rajoy debiera prestar atención a la que le espera porque la última pastoral del director de El Mundo es un vademécum de los errores del presidente del PP, que son exactamente el cumplimiento disciplinado del diseño de Ramírez.

Denuncia a Aznar
La acusación que tiene más sustancia es la denuncia de la estrategia de José María Aznar en la gestión del atentado del 11-M. ¡Como si la viabilidad de aquel dislate no estuviera soportada en las primeras páginas de El Mundo¡ ¡Como si El Mundo no hubiera dado continuidad a la obsesión de Aznar por manipular aquel atentado!

Medianamente controlado
Ahora Pedro J. denuncia una vez más todo lo que promovió. En realidad, de puro reiterativo, todo resulta terriblemente aburrido. Pero de nuevo tendrá éxito, porque la supervivencia de Ramírez depende de que alguien crea que llevándole a la tele y legalizándole una piscina al margen de la ley, el individuo estará medianamente controlado.

La novela continuará porque es un culebrón inacabable.

DE HIENAS A OVEJITAS.

ARTÍCULOS DE OPINIÓN

  • Enric Sopena
  • ENRIC SOPENA

    18/11/2007

Cabos sueltos

De hienas a ovejitas

A buenas horas, mangas verdes. Si se cree Rajoy que con un toque de moderación -«made in Soraya o made in Costa pijo»- y unos cuantos regalos (o simplemente promesas de regalos), el PP va a dar – en las urnas de marzo- la vuelta a la tortilla, se equivoca.

Rajoy llega tarde. O, lo que es peor aún, a destiempo. Y llega mal. No basta con maquillarse ni basta con una operación de cirugía estética. Rebajemos los kilos de demagogia de la marca Alcaraz/AVT y que nuestro líder no acuda dentro de unos días a la enésima manifestación promovida por este sujeto paranoico. Pero algunos de los nuestros sí estarán para que no se diga y, sobre todo, para que no nos masacre don Federico.

Ni una palabra más sobre la sentencia del 11-M. Hay que intervenir urgentemente e impedir que se extienda entre los nuestros la impresión de que el veredicto de Gómez Bermúdez fue una chapuza y que se debe seguir investigando. Ahora más que nunca, Mariano ha de proyectar su imagen de estadista. Pero todo ello con sumo cuidado, desde luego, y dando cancha de cuando en cuando al trío de los halcones –Mayor Oreja, Zaplana y Acebes-, no sea caso que Pedro J. Ramírez nos lance un zarpazo de mala leche desde El Mundo.

Hablemos de consenso, que bonito es el consenso, nos gusta el consenso, ofrecemos consenso, somos España, somos banderas, somos constitucionales, somos centristas, somos gentes de firmes convicciones y olé. ¿Qué hacemos, mientras, con José María? La verdad es que lo tenemos descontrolado. Nos dejó el otro día, a raíz del incidente verbal entre Chávez, Zapatero y el Rey, con el culo al aire. Salimos en tromba, con Elorriaga de ariete, y Aznar nos metió un gol en nuestra propia puerta. O nos lo entretiene Murdoch hasta marzo o vamos a tener un problema.

Pero no podemos, claro está, ocultarlo. Aznar es nuestro invicto Caudillo. Al fin y al cabo, no se presentó a las elecciones del 14-M. Cumplió su palabra, es un caballero, se fue voluntariamente. Ocho años y adiós. Fue Rajoy, eso es cierto, quien se estrelló en las elecciones. Ahora Aznar resulta pelín incómodo, pero es el mejor que tenemos. Lo malo es que a veces se va a las montañas lejanas, otras veces visita los desiertos remotos y continúa erre que erre soñando con ETA.

Y no nos engañemos. Esperanza está que se sale. Va a por todas. Sabe que o se transforma ahora en Margaret Thatcher o se acabó la película. Y Gallardón no ceja. Le ha estallado una bomba fétida. ¿Sólo una bomba fétida? ¿Quién se la habrá puesto? Acusa ABC a Ferraz o a Pepiño, que viene a ser lo mismo. Pero mejor haría Zarzalejos si apuntara a la Puerta del Sol, donde gobierna Aguirre, su amiga sin alma, su rival a muerte (política), su enemiga implacable.

La cosmética llega tarde a Génova 13. No se puede actuar como hienas a lo largo de casi cuatro años y aparecer a casi cuatro meses de las elecciones como ovejitas. Por suerte, los ciudadanos no han perdido la memoria. Por eso el PP perderá las elecciones.

ENRIQUE DE DIEGO, DIRECTOR DEL PROGRAMA «A FONDO» DE RADIO INTERECONOMÍA, PRESENTA UN LIBRO EN CONTRA DE LA TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN.

POLÍTICA

 16/11/2007

Enrique de Diego exige a Zaplana y Acebes que dimitan, mientras los sindicatos se plantean incluso denunciarlos

Un periodista conservador presenta un libro en contra de la teoría de la conspiración

ALBERTO GUTIÉRREZ MOLINERO

Enrique de Diego, periodista conservador y director del programa A Fondo de Radio Intereconomía, presentó ayer su nuevo libro “Conspiranoia, de cómo El Mundo y la COPE mintieron y manipularon sobre el 11-M”. En la presentación, Enrique de Diego arremetió contra los principales conspiradores Federico Jiménez Losantos, Pedro J. Ramírez y Luis del Pino, y a gran parte de la cúpula del Partido Popular por la “estupidez” de haber alentado dichas teorías.

En concreto, el periodista señaló a Ángel Acebes y a Eduardo Zaplana como cabecillas de haber prestado oídos -y seguir haciéndolo- a tan disparatadas teorías. “Deberían dimitir”, aseguró De Diego y añadió que “como aquí no dimite nadie, Mariano Rajoy debería destituirlos”. Acebes era el ministro del Interior cuando se produjeron los atentados del 11-M y, aún lo era en funciones poco después, cuando se suicidaron los islamistas en Leganés provocando la muerte del geo Francisco Javier Torronteras.

Salvar su carrera política
Di Diego acusó a Acebes de preferir salvar “su carrera política” antes que defender a Torronteras, él “que era su jefe” entonces y que le había dado la orden para entrar en el piso de Leganés. “No tenía que estar haciendo alianzas con la COPE y El Mundo, tenía que haber defendido a un policía que murió a sus órdenes”, sentenció.

La página más negra
El libro “Conspiranoia” trata de “desentrañar la página más negra de la historia del periodismo español”, como la calificó Enrique de Diego en la presentación en la sede del Sindicato Unificado de Policía (SUP). El texto trata de poner en evidencia las hipótesis sin fundamento y las paranoias irracionales de quienes “han mentido sin límites”, en referencia a El Mundo y la COPE.

«Conspiración»
“No es una teoría de la conspiración, sino una conspiración en sí misma”, como aseguró el propio De Diego en la presentación. “No han dicho más que estupideces y quieren llegar a marzo diciendo estupideces”, continuó el periodista en referencia a Jiménez Losantos, Pedro J. Ramírez y Luis del Pino. Y además se pregunto: ¿Por qué soy el único periodista de derechas que se ha opuesto a esto?

Acompañantes
Acompañando al periodista conservador estaban José Manuel Fornet, secretario general del SUP, José María Fuster Fabra, abogado de la Asociación 11-M Afectados por el terrorismo y José Ángel Gago, presidente del Sindicato Profesional de Policía.

Acciones legales
El abogado de la Asociación 11-M Afectados por el terrorismo, José María Fuster Fabra se preguntó hasta que punto es lícito la actitud de los medios que han difundido la teoría de la conspiración. Además, Fuster Fabra aseguró que se “iniciarán acciones legales contra algunos medios” y quienes han alentado la teoría de la conspiración, aunque no dio ningún nombre concreto.

Denuncias contra Jiménez Losantos
Quien sí dio nombres fue el secretario general del SUP, José Manuel Fornet, quien aseguró que ya “hay pruebas suficientes para presentar denuncias contra Jiménez Losantos y Luis del Pino, según la información que tiene de los servicios jurídicos del SUP. Además insinuó que quizá también se denunciaran a algunos cargos del PP y pregunto retóricamente si Acebes no tendría nada que decir.

Renovarse
Todos parecieron coincidir en la necesidad que tiene el PP de pasar página y renovarse. De Diego calificó de “graves” las declaraciones de Rajoy tras la sentencia del juicio por el 11-M y aseguró que el PP “no ha hecho la reflexión sobre estos dos años de estupidez y tiene que regenerarse”. Lamentablemente, “no lo está haciendo”, concluyó el periodista.

DESPUES DE LA SENTENCIA DEL 11-M, ¿PODEMOS FINGIR QUE NO HA PASADO NADA?.

2/11/2007  EL JUEGO SUCIO DEL PP Y SUS MEDIOS AFINES

¿Podemos fingir que no ha pasado nada?

  1. • No se debe permitir que quienes han engañado a los ciudadanos en interés propio queden inmunes
 TOÑO VEGA
TOÑO VEGA

CARLOS Carnicero*

Hay ocasiones en que la evidencia es tan insoportable que exige ser formulada para que la sociedad se vea reflejada junto a ella. Entonces hay que decidir si puede permitirse el lujo de que las culpas queden sin castigo. Si las felonías ni siquiera pagan el peaje del descrédito social, nada impedirá que vuelvan a producirse. Esa es la encrucijada en la que la sentencia del atentado de los trenes sitúa a la sociedad española.
Lo ocurrido en torno al 11-M ha quedado reflejado en la sentencia, que no deja resquicio para cuestionar lo sucedido y obliga a revisar lo que ha acontecido en España en los últimos tres años y medio. El resultado, en la parte que toca a los padrinos de la teoría de la conspiración, es la náusea.
La síntesis no es difícil: el PP, una vez que perdió las elecciones por su forma de gestionar el atentado, decidió persistir en el error, intentando que la deslegitimación de la victoria socialista fuera un atajo para recuperar el poder. A partir de ahí se estableció una espiral diabólica que retroalimentaba los intereses del PP y los de una pléyade de supuestos periodistas que han acreditado que la información no es para ellos más que un instrumento de sus intereses. El Mundo estableció líneas de investigación solo en la dirección de sostener su tesis, que se fue haciendo cada vez más perversa.

EL PRIMER axioma era la autoría de ETA, pese a que era imposible de defender: no ha existido nunca una evidencia que relacionara a la banda terrorista con el atentado. El segundo paso fue todavía más audaz y perverso: pretendía una conspiración de funcionarios públicos, exdirigentes socialistas y mandos enquistados en las fuerzas de seguridad que habrían sido instigadores o cómplices del atentado. La brutalidad de la acusación pretendía que se organizó el 11-M para desplazar al PP de la Moncloa.
Cada nueva diatriba de El Mundo, cada nuevo encargo a un confidente de cabecera, cada nueva insidia formulada sobre la manipulación de los hechos, ha tenido en la COPE su ventilador mediá- tico y en el Grupo Popular, la escenificación política: Mariano Rajoy, llegó a pedir la anulación de la instrucción del sumario.
La sociedad española, con una paciencia democrática franciscana, ha asistido a este espectáculo de irracionalidad sin poder hacer más que esperar a que la sentencia judicial zanjara una discusión imposible. No se puede establecer ningún mecanismo dialéctico fiable con quien no está sujeto a ninguna norma ética; con quien no se siente vinculado con la verdad y puede sostener una cosa y la contraria sin que le tiemble una ceja. Ahora hay una versión judicial de lo sucedido. Un auto impecable desde el punto de vista del derecho. Normalidad jurídica y constitucional acorde con nuestro Estado de derecho.
Los actuales dirigentes del PP pretenden que aquí no ha pasado nada. Tienen el cinismo, frente a las actas del Congreso y la testarudez de la hemerotecas, de pretender que ellos nunca cuestionaron ni al juez instructor ni los procedimientos. El cepillo de carpintero de esos comportamientos, la exigencia de responsabilidades políticas, la deben ejercer los ciudadanos ante la urnas. Allí se decidirá si los políticos que han tenido estos comportamientos pueden seguir en la política española. Nada más que decir de Rajoy y su equipo.
Y, ¿qué hacer con la jauría mediática que ha pretendido sostener lo que era imposible solo para satisfacer sus intereses? Nuestro sistema democrático consagra la libertad de opinión hasta el extremo de permitir la existencia de periodismo como el que practican la COPE y El Mundo. Los periodistas que han obedecido las consignas de estos ayatolás de la comunicación no han querido ejercer su cláusula de conciencia y han firmando cada crónica haciéndose cómplices de sus directores. Hace mucho tiempo que El Mundo y la COPE traspasaron los limites del periodismo sensacionalista para instalarse en la cumbre de la manipulación de la información.

 LA   ENCRUCIJADA a la que nos somete la sentencia es muy sencilla: ¿puede la democracia española permitirse el lujo de aparentar que aquí no ha pasado nada grave? ¿Podemos tratar a los obispos españoles, al director de El Mundo y a quienes han colaborado con él con indiferencia hacia sus responsabilidades en el desprestigio de las instituciones y en el encanallamiento de nuestra vida democrática?
Una sociedad que no protege sus principios es una sociedad indefensa. La sociedad española, sus instituciones, empresarios y políticos deben saber que permitir la simulación de honorabilidad de estos sujetos nos haría a todos cómplices de sus procedimientos. El Estado de derecho les permite hacer lo que han hecho con los límites de la comisión de delitos; la indignidad no siempre queda retratada en un comportamiento penalmente punible. Pero permitir que estos individuos pretendan ser como los demás españoles es, sencillamente, consagrar que comportamientos como los que han tenido sigan siendo posibles en el futuro.

* Periodista.