Anda el PP tomándonos por idiotas por penúltima vez en esta legislatura. El juego de estos quince días consiste en hacer como que todo lo que han hecho durante esta legislatura no existió: no quieren ya borrar la Historia de hace setenta años, sino de hace un par de meses. La semana que viene nos contará Cañete que en el PP nadie es un xenófobo que atribuya a los inmigrantes el colapso de la sanidad pública. La última chorrada del PP fue la de decir Espe y Mariano, tanto monta, que España no se rompe, con el colofón al día siguiente de Soraya diciendo lo que tenéis arriba a la izquierda: a Soraya le gustaría saber quién ha dicho en el PP que España se rompe.
Ocurre que cuando comencé a escribir este blog no sabía muy bien en qué iba a consistir el mismo. En octubre de 2006, de hecho, sólo colgué un apuntito en el que escaneaba la portada de 20 minutos con tres mentiras dichas por Zaplana en una entrevista interior: las otras dos eran sobre la teoría de la conspiración y sobre la sucesión de Rajoy (1). Por tanto cuando leí las cosas que estaban diciendo Esperanza, Mariano y Soraya (es decir, la consigna del día) recordé inmediatamente aquel recorte.
Es una secuencia que retrata perfectamente la derecha que hemos tenido esta legislatura. No ha hecho falta disimular: se ha tomado por gilipollas a la gente con las cartas boca arriba. Ya ni los curas se atreven a solicitar la fe hasta el punto de asegurar que algo que ya ha sucedido (’El PSOE ha roto España‘) ‘no se nota, pero se notará‘. Mientras Zaplana decía aquello, los voluntarios pepinos recogían firmas en todos los rincones de España contra el Estatut (’Me gustaría saber quién ha dicho en el PP que no nos gusta el Estatut’ diría Soraya en una hipotética negociación con CiU). Algunos de los firmantes lo entendían muy bien: estaban firmando ‘contra Cataluña‘ (2) mientras escuchaban los anuncios anticatalanes del PP Andaluz. La COPE, por su parte (cadena controlada por Esperanza Aguirre según amenazó ésta a Mariano Rajoy por si éste pensaba colocar a Gallardón en la lista) animaba sin demasiado disimulo el boicot de productos catalanes: seguramente los que pedían cava murciano fueran votantes de Izquierda Unida, nunca del PP, pero con sus abrigos de visón pretendían engañarnos.
Pocos años después nos explican que para catalanes ellos, que España no se rompe ni ellos han dicho nunca nada de eso, que aquí los que crispan no son ellos. El PP sólo se preocupa de que los currantes lleguen a fin de mes, de que puedan pagar las hipotecas. Son otros los que tensan y dramatizan, que al parecer son sinónimos de crispar aún cuando se refieren a las encuestas (que sí fueron tensadas y dramatizadas, por cierto)
A Soraya y a mí nos gustaría saber quién ha dicho en el PP que el proceso de paz era un proceso de rendición, que se regalaba Navarra a (la) ETA, que el Estatut rompía España. El PP hablaba de las hipotecas, de las familias embargadas: las manifestaciones de V de vivienda estaban pobladas por jóvenes de Nuevas Generaciones, y no eran ellos quienes tensaban y dramatizaban diciendo que quitar la estatua de un genocida era reabrir heridas, que permitir a dos hombres o a dos mujeres que tuvieran los mismos derechos que un hombre y una mujer era perseguir a la familia, a los homosexuales, a los cristianos… había que manifestarse por la libertad.
Cuando los analfaprogres islamoetarras pensábamos que estaban diciendo que las bombas del 11-M las puso ETA como demostraba una cinta de la Orquesta Mondragón estaban diciendo en realidad que les molestaba muchísimo que la pérfida banca nos condenara a hipotecas de cuarenta o cincuenta años; cuando entendíamos que se manifestaban contra la devolución de los papeles catalanes a Catalunya, lo hacían en realidad contra la precariedad laboral y las ETTs; cuando pensábamos que se manifestaban contra Educación para la ciudadanía lo hacían contra el neoliberalismo y la pobreza por éste generada…
Escuchamos mal: pensamos que cuando nos llaman cómplices del terrorismo están diciendo que somos cómplices del terrorismo. Pero si somos unos tiquismiquis es nuestro problema. Ellos sólo se preocupan de lo que interesa a la gente normal.
Visto en III República.