ARTÍCULOS DE OPINIÓN
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HUGO F. SILBERMAN
22/03/2008
Mariano Rajoy, el líder demediado
Mariano Rajoy me recuerda a Medardo de Torralba “El Vizconde Demediado”, (Ítalo Calvino. Ed. Siruela) quién en el siglo XVII fue dividido en dos partes debido a un cañonazo mientras combatía contra los turcos en Bohemia en una guerra de religión. Los médicos lograron recomponer la mitad derecha, maligna y capaz de todo tipo de atrocidades, la cual regresó a su tierra. Pasado un tiempo retornó también a casa el lado izquierdo, bondadoso y altruista. Una vez recompuestas las dos mitades, el vizconde volvió a ser un hombre entero, una mezcla de bondad y maldad que había ganado en sabiduría. Si sustituimos en el lado izquierdo bondad por moderación (que dicen los viejos del lugar que alguna vez la tuvo) y ponemos en cuarentana la sabiduría, tenemos al auto confirmado líder demediado del Partido Popular.
Todavía no ha definido la estrategia de oposición pero ya surgen algunos elementos preocupantes, como la instrumentalización de los gobiernos autonómicos como sujetos de oposición sustituyendo en su función al partido político.
La determinación de los gobiernos de Valencia y Murcia de sumarse al de Madrid en el incumplimiento de la Ley Orgánica de Educación amparando la objeción de conciencia a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, so pretexto de una sentencia no firme del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (no han hechos mención alguna a las sentencias de signo contrario en Asturias, Cataluña y Aragón) hace presagiar lo peor.
El gobierno tendrá que analizar con detalle los espectaculares resultados obtenidos por el PP en Madrid, Valencia y Murcia y afinar sobre todo su política informativa. No es casualidad que fueran en estas tres comunidades – las que no tramitan las solicitudes de la Ley de Dependencia, las que no dan curso a las ayudas de emancipación (alquiler para jóvenes), las que tienen un alto porcentaje de inmigrantes- que el PP obtuviera el 49.34; 51.72 y 61.43 por ciento respectivamente de apoyo electoral.
Combatir y desenmascarar la mentira, la manipulación y el victimismo debe ser tarea del nuevo gobierno y del partido que lo apoya.
Algunos ejemplos: Valencia organizó la 32º edición de la Copa América de Vela. Durante el tiempo de las obras, la celebración de la competición y posteriormente solo se escucha a la alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá, denunciar la nula inversión del Gobierno Central, que solo lo hizo el Ayuntamiento y la Generalidad. Sin embargo el Gobierno de la Nación invirtió más de 700 millones de euros. 482 millones para el Port America’s Cup Marina (acondicionamiento interior de la dársena del puerto, construcción de un nuevo canal y del edificio Veles e Vents); 105 millones para la ampliación del aeropuerto de Manises, 25 millones para la reforma del Parador de El Saler; mas de 100 millones para: seguridad; campaña de promoción del turismo a través de Turespaña; aportación al gasto del Consorcio; oficina estatal de la Copa y aportación estatal al pago del canon a lo que hay que sumar las reducciones de cuotas a la Seguridad Social, tasas y beneficios fiscales correspondientes a “los acontecimientos de excepcional interés público”. ¿Alguien lo sabe?
Murcia (y la Comunidad Valenciana) claman contra la derogación del trasvase del Ebro, bien, con todos los años de sequía que llevamos, no tuvieron un solo corte de suministro de agua, y además, boicotean (no otorgan licencias) la construcción de plantas potabilizadoras.
El PP enfrentó a los españoles con los inmigrantes con el pretexto del deterioro de la sanidad, educación, ayudas sociales, empleo, seguridad etc. Avergüenza repetir lo dicho por Rajoy, Pizarro, Cañete y compañía, pero es necesario poner de manifiesto que no solo alientan la xenofobia con declaraciones, preparan el caldo de cultivo para que ello se produzca. El ejemplo es Madrid en materia educativa, mientras los nuevos centros escolares son concertados (generalmente de religiosos integristas), con autorización tácita de no admitir inmigrantes, los públicos se transforman en guetos, o la sanidad, con las urgencias colapsadas, los nuevos hospitales de diseño, de gestión privada no cubren las necesidades.
Otra batalla no menos importante que hay que librar es la batalla ética, no es normal en una democracia los resultados “sicilianos” que se han producido en ayuntamientos carcomidos por la corrupción, con alcaldes imputados por graves delitos (cohecho, prevaricación, etc.), donde el partido que los apoya y protege haya incrementado sus resultados: Totana (65.06%), Alahurin de la Torre (47.81%) etc.
Hugo Silberman es licenciado en Derecho y comentarista.