LA INCOGNITA DEL VOTO DE RODRIGO RATO EL 9-M.

POLÍTICA

Lo que le faltaría a Mariano Rajoy

¿Votó Rodrigo Rato el pasado 9 de marzo?

JOSÉ MARÍA GARRIDO

“No tenemos constancia ni de que sí, ni de que no. No consideramos oportuno comentar esta noticia. El voto es libre”. Con estas palabras, la oficina de prensa del Partido Popular se negó ayer a confirmar o desmentir a este periódico un rumor que cada vez circula con más intensidad por internet.

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“Rodrigo Rato no votó a Rajoy”, tituló en el día de ayer el blog Neto Ratón. El encargado de lanzar esta versión fue el blog de los genoveses, donde se asegura con firmeza que el ex ministro de Economía del Gobierno Aznar, Rodrigo Rato, no acudió a las urnas el pasado 9 de marzo.

“Nombre sin señalar”
“Domingo 9 de Marzo. Escrutinio en un colegio electoral del genovés barrio de Salamanca en Madrid. En este colegio está empadronada la parte más selecta del clan Rato. Para sorpresas de propios (la mayoría, cerca de un 90%) y extraños (apenas un 10%) el más conocido miembro del clan, el mismísimo Rodrigo Rato y Figaredo, el hombre del millón de euros al mes, a pesar de figurar en el censo, ni está ni se le espera. Nos dicen que no ejerció su derecho al voto. Ni directamente ni por correo. Su nombre quedó sin señalar”, subraya el blog de los genoveses.

El lugar
Según circula en diversos foros de la red, Rodrigo Rato debería haber votado en el «colegio El Pilar. Sección 114. Letra B». Sin embargo, muchos ponen en duda que el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional lo hiciera.

Rato en campaña electoral
Pese a los rumores que indican que Rato no acudió a votar, lo que sí está claro es que el ex ministro de economía y ex vicepresidente de la era Aznar acompañó a Mariano Rajoy en un mitin que el Partido Popular celebró el pasado 5 de marzo en L’Hospitalet (Barcelona). En este acto electoral, Rato y Rajoy no dudaron en fundirse en un abrazo y en posar juntos para los fotógrafos. “Atrévete a cambiar, haremos una política económica como la de Rodrigo Rato», aseveró por aquel entonces Mariano Rajoy.

Cecilia Sarkozy
Esta no es la primera vez que aparece un hecho similar. En mayo de 2007 el diario dominical francés Le Journal de Dimanche afirmó que Cecilia Sarkozy no votó en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales por su marido, Nicolas Sarkozy. La noticia nunca llegó a confirmarse. El matrimonio de Nicolas y Cecilia se rompió a los pocos meses.

jmgarrido@elplural.com

Zapatero pide la participación electoral para derrotar en las urnas la crispación el PP.

POLÍTICA

 

El candidato socialista quiere derrotar en las urnas a la crispación

“Ganar los debates no significa ganar las elecciones. Hacen falta votos”

De todos los miembros de la dirección del PSOE, el más prudente a la hora de hablar de resultados electorales es el propio José Luis Rodríguez Zapatero. En una charla con los periodistas que hemos seguido toda su campaña electoral ha advertido de que “decir que esto está ganado sería falso. Esto está por ganar”. Quiere ganar –dice el presidente del Gobierno, sentado ante un amplio corro de 70 periodistas y dirigiéndose a ellos con la ayuda de un micrófono y altavoces – para derrotar en las urnas a la crispación, aunque no quiere llamar a eso “dar una lección al PP”, pero sí forzar un “cambio de tiempo político”. Busca una mayoría amplia. “¿Absoluta?”, le preguntan. Pero él se cuida de mostrar, siquiera con un gesto, que la cree factible. “Cualquier pronóstico a 3 días de las elecciones sería arriesgado”, se limita a apuntar.

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Rehúsa hablar de vencedores y vencidos en los debates cara a cara con Rajoy y se limita a señalar que “yo salí más cansado del primer debate. El segundo se me hizo corto”. Sorprendentemente y pese a la tensión que se vivió en ambos encuentros, señala que su relación con Rajoy después del último debate siguió siendo distendida: “Incluso estuvimos hablando de León, de mi tierra, porque él acababa de estar por allí…” De Rajoy dice que “le respeto. Es un rival difícil”. Desea que la próxima legislatura haya diálogo con el PP, el que no ha sido posible en esta legislatura y, aunque admite que no se puede atribuir al 100% la crispación de la legislatura a los populares, “la responsabilidad fundamental ha sido del PP”.

Habrá diálogo con Rouco-Varela
También se muestra decidido a hablar con el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco-Varela, “pero después del 9 de marzo”. Por el momento, el arzobispo de Madrid se tendrá que conformar con el telegrama de felicitación que le envió tras conocer su victoria. Eso sí, al presidente del Gobierno no se le olvida desear en voz alta que espera que «ahora que la mayoría que ha expresado su apoyo a Rouco está al frente de la Conferencia Episcopal, eso nos permita tener una relación más fluida».

Los artistas, con Zapatero
Tras su encuentro con periodistas, Zapatero se encuentra con las personas y Asociaciones que han dado su apoyo a la Plataforma de Apoyo a Zapatero (PAZ). Se ha dado baños de multitudes a lo largo de toda la campaña, pero confiesa que éste es el acto más emotivo. Le conmueve que dos personas sordas le hablen por signos y le agradezcan su gestión para con este colectivo. También le conmueve, dicho sea de paso, que haya personajes del mundo de la cultura, las artes, el deporte, la ciencia, la investigación, la Universidad, etc. manifestándole su apoyo.

La larga lista de Zapatero
Entre los presentes están Miguel Ríos, Loles León, María Barranco, Concha Velasco, Joaquín Sabina -sentado en un puesto de honor junto a Sonsoles Espinosa-, Víctor Manuel, etc. En el nuevo vídeo, el director de orquesta Daniel Barehnboim, los Nobel de Literatura, José Saramago, o de Economía, Joseph Stiglitz, o el gimnasta olímpico Gervasio Defer, expresan su apoyo a Zapatero y allí, ante Zapatero, el rector de la Universidad Complutense de Madrid, Carlos Berzosa, hace todo un canto al voto útil, cuando confiesa que siempre había votado al PCE y a IU hasta 2004, momento en el que decidió votar al PSOE. Lo va a seguir haciendo en esta ocasión. Zapatero no olvida marcar diferencias con el PP y Rajoy. Fiel a su eslogan “No es lo mismo”, manifiesta su respeto por todos los deportistas que han apoyado públicamente al PP en esta campaña.

No es lo mismo ganar debates que elecciones
Ya al final del día Zapatero cierra la jornada como la empezó: tratando de luchar contra los excesos de optimismo de los suyos. En Badajoz le animan y jalean. Corean su victoria frente a Rajoy en los debates en televisión. Pero Zapatero les responde con una advertencia: “Ganar los debates no significa ganar las elecciones. Hacen falta votos”.

Esther Jaén es periodista y analista política

EL PP NO QUIERE QUE GANE RAJOY.

ARTÍCULOS DE OPINIÓN

  • Antonio Estella
  • ANTONIO ESTELLA

    03/03/2008

 

El PP no quiere que gane Rajoy

Es evidente que al pobre Mariano Rajoy le están creciendo enanos por todas partes. Da la sensación de que dentro de su partido hay mucha gente, quizá demasiada, que no quiere que gane estas elecciones. Revisemos brevemente la situación.

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Desde luego, Gallardón estaría encantado de que el que le ha apeado de las listas perdiera las elecciones. No nos tenemos que parar ni un sólo segundo en analizar este punto: pensemos, simplemente, en todos los mítines en los que ha participado en esta campaña (se cuentan como los pelos de la cabeza de un calvo). Es más raro, sin embargo, que tampoco Esperanza Aguirre quiera que Rajoy gane. Pero lo cierto es que esta es la única manera de entender la frase que pronunció la semana pasada: “para ser líder del PP, no es necesario estar en el Congreso de los diputados”. Rajoy, aunque perdiera, sí estaría en el Congreso, pero Aguirre no. Es decir, todavía no han sido las elecciones y ya se están enzarzando en la disputa sucesoria. Todo muy constructivo.

Luego está el bueno de Elorriaga. Desvelar la estrategia de tu partido ante los medios de comunicación, como Elorriaga ha hecho la semana pasada a un medio internacional y además de la reputación del Financial Times, solamente puede tener dos explicaciones: o bien el que lo hace es un tonto de remate y no sabe nada de política o bien lo hace a posta. No conozco a Elorriaga personalmente, simplemente le he visto en alguna que otra entrevista en CNN+, y desde luego, tonto, lo que se dice tonto, me parece que no tiene ni un solo pelo. Este tipo no da puntada sin hilo. Así que solamente puede caber la segunda explicación: al revelar la estrategia del PP en esta campaña (¿en esta legislatura?) y al hacerlo de la manera en que lo ha hecho, diciendo que lo que pretenden es crear un clima de crispación para retraer el voto de la izquierda, Elorriaga lo único que puede estar buscando es perjudicar las opciones del propio Rajoy. En este caso no le alimentaría un deseo de venganza, como a Gallardón, ni la ambición desmedida, como a Aguirre, sino más bien la íntima convicción de que el PP tiene que moderarse si quiere volver a ser alternativa algún día. Y, desde luego, con Rajoy al frente del PP, esto nunca será posible.

Podríamos seguir dando ejemplos: sin duda alguna, al que se le ocurrió la genial idea de la niña, un verdadero crack de la comunicación política, tampoco quiere que gane el PP; al que se le ocurrió insultar al Presidente del Gobierno diciendo que ha agredido a las víctimas (como si el PSOE no las tuviera) tampoco quiere que gane el PP; y al que se ocurrió, el fin de semana pasado, sacar a Aznar del armario, es decir, sacar a la persona que todo el mundo identifica con la foto de las Azores y la guerra de Irak, ese es un infiltrado del PSOE en la campaña del PP, directamente. Dicen que muchas de estas ideas fueron del propio Rajoy: al final va a resultar que ni él mismo quiere ganar el próximo 9-M.

Antonio Estella es profesor de Derecho Público en la Universidad Carlos III de Madrid

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EL PP APUESTA TODO AL DESENCANTO.

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El PP apuesta todo al desencanto

Desvela que su estrategia se basa en»sembrar dudas» sobre economía, inmigración y política territorial

FERNANDO GAREA – Madrid – 29/02/2008 21:57
Me ha fallado. Me ha decepcionado. No le interesan mis problemas. Cada vez es peor». Estas frases las pronuncia una supuesta votante socialista en el último vídeo del PP, dirigido a las mujeres.

Es la plasmación en imagen y sonido de la estrategia de campaña de Rajoy, basada en intentar desmovilizar a la izquierda, a los potenciales votantes del PSOE.

La campaña innovadora, tal y como desveló ayer Gabriel Elorriaga en el Financial Times, es la de promover la abstención, desalentando a los electores de la izquierda, a base de crear dudas sobre los dirigentes del PSOE en los asuntos esenciales, incluido el terrorismo y la inmigración. se apela al sentimiento.

Elorriaga admite que «el PP tiene una imagen de partido de derechas» y en esta ocasión no hace nada por evitarlo. El objetivo, según Elorriaga, es «hacer flaquear a los votantes socialistas», porque según su análisis esos electores no votarán nunca al PP. Es más, tienen claro que es difícil que su partido suba y supere su actual porcentaje de voto.

Suelo electoral estable

Su suelo es su techo y permanece estable toda la legislatura, gracias a que ha mantenido movilizados a los suyos con las manifestaciones y la tensión. Por eso, es vital el terrorismo como elemento movilizador de los suyos y desalentador de la izquierda.

La estrategia es desmovilizar a los electores naturales del PSOE haciéndoles ver que Zapatero negocia con ETA, da papeles a los inmigrantes y no ataja las dificultades económicas. Es básico minar su credibilidad y para eso Rajoy le acusó 14 veces de mentir en el debate.

El fundamento es lo que en la izquierda se llama el elector exquisito o disperso, crítico con decisiones del PSOE, al que hay que arrastrar a las urnas.

La duda es qué podrá más la desmotivación de la izquierda o la movilización que provoque en ese sector ideológico ver al PP alejado del centro. Éste último es el objetivo estratégico del PSOE y consiste en presentar al PP como la derecha extrema. Cuando Aznar dirigía el partido que recibió de Fraga siguió al pie de la letra la tesis de que las elecciones se ganan desde el centro, al que él añadió lo de reformista y otros apellidos para reforzar su posición. Ahora el centro ya no es objetivo y no está Gallardón, el programa no tiene complejos y los mensajes de campaña tampoco, aunque los excesos no son patrimonio de los dirigentes del PP.

Síndrome de La Moncloa

En campaña algunos políticos experimentan un empuje irrefrenable hacia la exageracion y el exabrupto. Los aplausos de los incondicionales y el agitar de banderas les transforma y les provoca vértigo. Si esa campaña sigue a una legislatura muy dura y crispada la tentación se convierte en conducta habitual y diaria. Ese desequilibrio se agudiza si se mezcla con otros síndromes como el de La Moncloa, que afecta a los presidentes del Gobierno y les convierte en enfermos crónicos.

Quienes lo padecen viven permanentemente con sentimiento de ser víctimas de una injusticia planetaria por parte de quien usurpa su cargo.

La situación se agrava si se juntan en la misma campaña dos ex presidentes del Gobierno, como ha ocurrido ahora por primera vez en la Historia constitucional. Los dos se sienten un patrimonio de sus partidos y como tal son tratados por los suyos que, además, los protegen por el patriotismo partidario que todos cultivan.

Los dos pretenden ayudar y a veces estorban. A los dos les tienen sin cuidado las consignas, las disciplinas de partido y las estrategias. Están de vuelta de todo y miran por encima del hombro a los que le han seguido, sean de su partido o del otro.

A uno de ellos, Felipe González, se le calentó la boca e insultó al candidato del PP. Le llamó «imbécil».

 

El otro, Aznar, interpretó a su manera las frases que escuchó a su sucesor durante meses y acusó al Gobierno de seguir negociando con ETA.

A la misma hora que la expresión del ex presidente del PSOE se extendía, el candidato de su partido, Zapatero, se jactaba de no insultar. Y a la misma hora en que el ex presidente del PP lanzaba su acusación de complacencia del PSOE con ETA, alguien con una mochila se dirigía a la sede socialista de Derio (Vizcaya). Poco después el artefacto que llevaba hacía explosión y destrozaba el local.

A la misma hora, en Madrid, un portavoz de una asociación de víctimas del terrorismo acusaba, de nuevo, al Gobierno de complicidad con ETA. Ayer el PSOE dejó traslucir su malestar por la expresión de Felipe González y destacados dirigentes como José Blanco y José Bono la tacharon de «no adecuada» y aseguraron abiertamente que no les gustaba el insulto. González no rectificó y Zapatero le elogió y no se distanció.

A Aznar nadie de su partido le corrigió. Incluso fue jaleado en decenas de actos de su partido y su acusación se extendió como un eco por toda España. Lo oyeron las tres decenas de dirigentes de la izquierda abertzale que están en la cárcel porque fueron detenidos en los últimos meses.

También lo escucharon los ciudadanos que se salvaron de los atentados que ETA ha intentado en los últimos meses y que han resultado frustrados por la eficacia de las Fuerzas de Seguridad, por la impericia de los terroristas o por las dificultades que tiene la banda ahora para formar a sus activistas.

Se incluyen los agentes de la Ertzaintza que se salvaron la semana pasada porque falló la bomba trampa que colocó ETA, a pesar de que, según Aznar, está en tratos con el Gobierno. Lo oyó también Mariano Rajoy que anoche en su mitin de Pamplona insitió en utilizar el terrorismo en la campaña electoral.

PP: EL DÚO DE LA ABSTENCIÓN.

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El PSOE encuentra el resorte

Las palabras atribuidas a Elorriaga proporcionan a los socialistas munición para incentivar la movilización

FERNANDO GAREA – Madrid – 02/03/2008 20:17
El miedo es “la sensación de alerta y angustia por la presencia de un peligro o mal, sea real o imaginario” y provoca siempre una reacción inmediata que puede traducirse en parálisis y aturdimiento o en sobresalto y aceleración.

El miedo nunca deja indiferente, por eso es siempre un arma electoral eficaz, aunque de consecuencias siempre impredecibles. Hillary Clinton lo utiliza estos días a la desesperada para mostrar a Obama como inexperto e insolvente.

Rajoy lo utiliza para que los votantes de la izquierda dejen de ir a votar y Zapatero para que no se queden en casa y vayan a rechazar al PP. El primero busca el efecto paralizante y el segundo el que sobresalta. El candidato del PP repite frases como “Zapatero es un peligro para la economía o para la inimigración” para apelar al miedo de las clases medias y bajas, potenciales electores del PSOE.

Campaña importada de México

Para entender la frase fundamental de su campaña hay que recurrir a su nuevo asesor, Antonio Solá. Él fue el cerebro de la campaña electoral de Felipe Calderón en México, frente al izquierdista Andres López Obrador. El lema con el que ganó el anterior cliente de Solá, con una campaña muy agresiva, era “López Obrador, un peligro para México”.

Es decir, se trataba de meter miedo entre los electores, creando la “sensación de alerta y angustia” de que podían perder lo que tenían. Ahora, Rajoy ha comprado la idea que, según asegura el Financial Times que dice Gabriel Elorriaga , consiste en “sembrar suficientes dudas sobre la economía, la inmigración y las cuestiones nacionalistas”.

Zapatero da una vuelta al mensaje y presenta al PP como un partido xenófobo 

Se busca así activar la reacción paralizante del miedo . En el caso de la inmigración sembrar el miedo tiene la contraindicación de convertirlo en pánico y en conflicto social descontrolado. Y en la economía el miedo supone llamar a la crisis, jugando con el factor sicológico de la economía.

“Cuatro años más de Gobierno de Zapatero es jugar a la ruleta rusa, un peligro para los bolsillos de los ciudadanos y un riesgo serio para las economías familiares”, dijo Rajoy ayer en Zaragoza interpretando este papel. Y Aznar llevó al extremo ayer el mensaje, como los actores encasillados que terminan sobreactuando: “Zapatero seguirá negociando con los terroristas si nadie se lo impide”.

La otra reacción al miedo, la de la sobreexcitación y la movilización. Esta es la que maneja el PSOE en la campaña. Para eso señala al PP como xenófobo y utiliza lemas como el de “no es lo mismo” o el de “si no vas, ellos vuelven”. Es decir, algo así como “aunque no nos quieran lo suficiente, voténnos al menos para que no gobierne de nuevo la derecha”. Si no es por cariño, que sea por miedo.

Rajoy extrema el discurso y dice que la victoria del PP es una «ruleta rusa»

La base de ese mensaje está en el hecho de que el PSOE perdió las elecciones cuando en los años 90 hubo un electorado de izquierdas molesto por la corrupción y los escándalos. Ahora se trata de no molestar a esos electores e identificar al PP con la derecha eclesiástica en lo social y xenófoba. Le han ayudado en esa estrategia la exclusión de Gallardón, el programa del PP y los mensajes de Rajoy, donde la palabra centro es tabú.

Ausencia de propuestas propias

El PSOE ha encontrado en las palabras atribuidas a Elorriaga la palanca perfecta para lograr la movilización, a falta de un catálogo reconocido de propuestas electorales propias más o menos llamativas. Y lo malo para el PP es que las frases entrecomilladas del Financial Times son coherentes con lo que hace y dice Rajoy.

Los datos de los dos partidos, a una semana de las elecciones, coinciden en augurar una alta participación. Si fuera así, todo parece indicar que la baja abstención beneficiaría al PSOE, pero tampoco esa es una verdad absoluta. En 1996 ganó Aznar con una participación muy alta del 77%; en 2004 el PSOE ganó con un 75,6% y en las últimas municipales el PP fue el más votado con el 63%.

Si, finalmente, la movilización gana a la parálisis, el sucesor de Rajoy tendrá que hacérselo mirar e iniciar otra vez el viaje al centro. Literalmente, tendrá que corregir la estrategia excéntrica, definida por la Real Academia como “fuera del centro o que tiene un centro diferente”, y descentrada, o sea, “que se encuentra fuera del estado o lugar de su asiento y acomodo”.

EL FINANCIAL TIMES DENUNCIA LA ESTRATEGIA DEL PP DE FAVORECER LA ABSTENCIÓN PARA GANAR LAS ELECCIONES DEL 9-M.

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Elorriaga niega haber dicho que el PP busca la abstención en votantes socialistas

EFE. 29.02.2008 – 21:23h

  • El diario británico ‘Financial Times’ le atribuye dichas afirmaciones en una entrevista.
  • «Si podemos sembrar suficientes dudas sobre economía, inmigración (…), entonces quizás se quedarán en casa», dice supuestamente.
  • Elorriaga lo ha desmentido en un comunicado.

Minuteca todo sobre:

El secretario de Comunicación del Partido popular (PP), Gabriel Elorriaga, ha desmentido las palabras que pone en su boca el diario británico «Financial Times», en el que asegura que la estrategia de su partido de cara a las elecciones generales del 9 de marzo está centrada en incentivar la abstención de los votantes socialistas indecisos.Elorriaga ha hecho público esta noche un comunicado en el que desmiente que él haya dicho esas palabras. «La campaña del PP, entre otros aspectos, está centrada en atraer al votante socialista desencantado, y en ningún modo a buscar la no participación», subraya.

Nuestros votantes piensan que son más de centro que el PP

El diario británico, en cambio le atribuye la siguiente afirmación: «Sabemos que (los votantes socialistas indecisos) nunca nos votarán. Pero sí podemos sembrar suficientes dudas sobre la economía, sobre la inmigración y sobre cuestiones nacionalistas, entonces quizás se quedarán en casa».
En la entrevista, Elorriaga dice supuestamente que los fieles del PP están todos listos para votar, pero admite que su partido ha sido incapaz de ampliar su apoyo durante sus cuatro años de oposición.»Será difícil incrementar nuestro voto», reconoce el dirigente popular, que destaca que el «PP tiene una imagen muy dura y de derechas en este momento». «Incluso nuestros votantes piensan que son más de centro que el PP», añade.

Votantes menos disciplinados

El Partido Socialista, en cambio tiene una base electoral mucho más amplia, pero «sus votantes son menos disciplinados» que los del PP, a juicio de Elorriaga.

«Eso es por lo que les estamos dirigiendo nuestro mensaje a ellos. Les estamos diciendo: ‘Vuestro Gobierno no se ha ocupado de vuestros problemas’. Los resultados electorales dependerán del impacto de este mensaje«, explica, según el «Finantial Times».