¿Rosa Díez califica a Uria o, entre otros, a Lluch como víctimas de ETA de segunda o de tercera categoría?

POLÍTICA

“Ven y cuéntalo”, demagoga

¿Rosa Díez califica a Uria o, entre otros, a Lluch como víctimas de ETA de segunda o de tercera categoría?

Que la familia de Inaxio Uria -recientemente asesinado por ETA- enviara el día 24 de diciembre, horas antes de la Nochebuena, un mensaje de solidaridad a todas las víctimas de ETA, le ha dejado a Rosa Díez, líder de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), un cierto “sabor amargo”, según ha reconocido en su blog. Que Uria, partidario del PNV, cayera acribillado por matones pretendidamente patrióticos le rompió el guión a Díez.

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La ex socialista censura a los familiares de la última víctima mortal de ETA porque sostiene que ha tenido ETA que asesinar a Uría para que sus allegados comprendan lo que es esa banda terrorista. Conviene en todo caso no olvidar que Díaz ha pasado a ser, desde hace algún tiempo, la hada madrina de la derecha extrema, esa derecha dura, poblada de halcones, que abjura ahora de Mariano Rajoy por entreguista.

El PNV de Arzallus
Sí, paradójicamente, esta Díez que achaca al nacionalismo democrático vasco compadreos, implícitos o explícitos, con ETA, es la misma que fuera durante siete años consejera de Comercio, Consumo y Turismo en el Gobierno de coalición entre el PNV y el PSE. O sea, el Gobierno que entonces presidía el nacionalista José Antonio Ardanza. Es decir, el PNV que en aquella época seguía dirigiendo Arzallus.

Sin escrúpulos conocidos
Sí, esta Díez, a la que en la actualidad no le cabe en su cabeza la más mínima concesión a los terroristas, es la misma que aplaudía el acercamiento de presos impulsado por el Gobierno Aznar en la tregua de 1999. Podemos añadir que la ex consejera socialista colaboró -sin escrúpulos conocidos- con sus colegas del PNV y lo hizo con vigor, entusiasmo y eficacia.

Escándalo de la derechona
Mientras ETA mataba y cometía sus gigantescas canalladas, la consejera Díaz puso en marcha una campaña de reclamo turístico cuyo slogan era acertado y sugestivo: “Ven y cuéntalo”. Ello escandalizó a la derechona española, con el dibujante Mingote a la cabeza y rasgándose las vestiduras. La campaña trataba de subrayar una evidencia indiscutible. En Euskadi, por fortuna, no todo ni mucho menos es ETA. Una forma de aislar a los asesinos era conseguir que gentes de otras comunidades españolas y de otros países visitaran el País Vasco, cuyas maravillas son – en tantos y tantos aspectos- fascinantes.

¿Muertos de segunda o de tercera?
¿Qué diría o escribiría Díaz si, en el presente, el Gobierno de Ibarretxe o el de Patxi López, si vence en las urnas tan cercanas, o el Ejecutivo fruto de una nueva coalición entre peneuvistas y socialistas, decidiera lanzar una campaña semejante a la suya? Es fácil de imaginar. Como mínimo, acusaría a tal publicidad de estar contaminada por la sangre de los muertos. ¿Por cierto, Díez considera a Uría o, entre otros muchos más, a Ernest Lluch, víctimas equiparables a las demás o, en el fondo, los cataloga como muertos de segunda o incluso tercera división?

Despreciable mezquindad
La reacción de Rosa Díez frente al más hermoso mensaje difundido estos días de buenos deseos –el mensaje profundamente solidario de la familia Uria- da la medida de su despreciable mezquindad. O de su egolatría y descaro. El viraje de Díez desborda todos los límites. A lo largo del mandato del Gobierno Zapatero ya fue demasiado lejos en su despecho o en su provocación. Las vilezas dialécticas o las injurias y calumnias contra Zapatero –en el ámbito de la lucha contra ETA- tuvieron en ella una incansable propagandista.

Jaleada por la caverna
Ahora esta oportunista, que se ha montado un partido desde le resentimiento y que es jaleada por la caverna, se permite abrir un juicio de intenciones al círculo de familiares y amigos de un hombre de bien, asesinado por los terroristas de ETA. ¿Qué harás políticamente, Díez, cuando, antes o después, acabe el Estado de Derecho con ETA? ¿Qué harás? ¿De dónde sacarás los votos? Estamos ansiosos de escuchar tus respuestas. “Ven y cuéntalo”, demagoga.

Enric Sopena es director de El Plural