Esquema Ponzi a gran escala.

por <!––>tierradegenistas @ Sábado, 03. Ene, 2009 – 17:30:00

La crisis de pareja que sufren la codicia y la estafa, la pagamos todos. Sería bueno que quienes mordieron el anzuelo del «10% por sus ahorros en un fondo de inversión» tomaran nota.
Quien se deja llevar por el canto de la codicia ¿es un ‘analfabeto financiero’ o un inmoral?
En el 94, estando ingresada en el Clínico, una mujer muy simpática visitó a mi compañera de habitación. Pasados unos días, volvió a visitarme a mí, eso dijo, me trajo un Granini de melocotón delicioso y una insistente invitación para integrarme en una pirámide de dinero. Por ese entonces, yo daba formación a buscadores de empleo, y tenía muy bien documentadas las estafas laborales que inundaban nuestros buzones de correo postal y la descripción del proceso. ¿Las recuerdas?
¿Cuánto puede durar la actividad de una pirámide? Don Emilio se ufanaba por entonces diciendo que el cielo era el límite… Bueno, eso que muchos hemos combatido en el nivel de la pequeña estafa, se implantó en el sistema financiero internacional sin que los gobiernos le hicieran ascos. ¿Por ignorancia? ¡Ya!, y Caperucita luego se comió al lobo!
Genista

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¿Crisis crediticia o desplome de un esquema Ponzi a gran escala?
por Pam Martens

16/11/08

Purgue su cerebro por un momento de todo lo que ha escuchado y leído en la última década sobre cómo invertir en Wall Street y reflexione sobre el siguiente modelo de negocio:

Usted lleva sus ahorros de una jubilación duramente ganada a una firma de Wall Street, y ésta le dice que mientras usted «sea capaz de invertir a largo plazo» puede esperar rendimientos anuales de dos dígitos. Usted nunca conoce de verdad en lo que se invierte su dinero porque hace fondo común con otros inversores y la información le viene con un incomprensible pero legal aspecto de prospecto. Las cabezas de estas firmas de Wall Street han estado asignándose enormes remuneraciones que van de los 160 a los 1.000 millones de dólares por ejecutivo, y eso a lo largo de muchos años. Mientras nuevo dinero afluye de cuentas de última moda llamadas «401(k)s», «Roth IRAs» o «529 planes para ahorros en educación», y de hedge funds (que, dicho sea de paso, cada vez ponen mayores dificultades para retirar los depósitos y son cada vez más opacos), todo parece andar por buen camino. Y de pronto, usted se entera de que muchas de estas firmas de Wall Street no consiguen vender sus valores. Dado que estas firmas están gestionando tanto su dinero como sus propias acciones, que constituyen un gran porcentaje de sus inversiones empaquetadas, sus fondos empiezan a caer en picado y la confianza se escurre del plan.

Ahora considere cómo Wikipedia [en inglés, pero la versión de Wikipedia en castellano no es la misma que la traducida aquí; T.] describe el esquema Ponzi:

«Un esquema Ponzi es un negocio fraudulento de inversiones consistente en atraer inversiones de dinero con promesas de intereses a corto plazo inopinadamente altos, pero puntualmente satisfechos, lo que trae consigo un alud de nuevos inversores —o sucesivas reinversiones de los antiguos—, generándose así un flujo de dinero que permite durante un tiempo pagar altos intereses a corto plazo con el dinero que va entrando a espuertas. El nombre es debido a Charles Ponzi (…) Lo que permite que el sistema funcione en un principio y logre mantenerse mucho tiempo, es que los primeros inversores reciben beneficios, a su vez los inversores que reciben dinero tienden a mantener su dinero en la estafa (ya que ofrece más que cualquier alternativa de inversión). Así aquellos que hacen que siga el esquema no deben realmente pagar mucho, pues simplemente deben enviar extractos a los inversores que muestran cuánto han ganado poniendo el dinero en lo que parece un gran lugar para tener grandes rendimientos. A su vez la estafa trata de evitar que se retiren los inversores al ofrecer nuevos planes, a menudo donde el dinero es congelado por un largo período de tiempo (…). La trampa es que en algún momento puede suceder alguna de estas tres cosas:

1) Los estafadores desaparecen con el dinero, llevándose con ellos todo el dinero invertido (menos los pagos).

2) El sistema se hundirá por su propio peso, ya que la inversión baja y los promotores comienzan a tener dificultades para pagar los rendimientos prometidos (y cuando comienzan a tener problemas se corre el rumor y las personas comienzan a preguntar por su dinero, algo parecido a cuando quiebra un banco).

3) El sistema sale a la luz, ya que las autoridades empiezan a revisar los libros contables de la supuesta empresa y descubren que gran parte de los rendimientos que producen en realidad no existen.»

Si se echa un vistazo a los resultados 1, 2 y 3, esto es lo que tenemos actualmente. Los promotores no se han largado como en 1. De hecho, se han comportado como si supieran que no tienen nada que temer. Mientras cerca de 2 billones de dólares de los contribuyentes han sido rápidamente inyectados en los préstamos de la Reserva Federal y cerca de 125.000 millones de dólares en la adquisición de valores de renta variable por parte del Tesoro de EEUU para evitar el hundimiento de estas firmas, los promotores han aparecido del brazo del presidente electo en conferencias de prensa (el promotor de Citigroup, Robert Rubin [antiguo secretario del Tesoro con Clinton]); se han ofrecido como gurús financieros en el canal de negocios CNBC (el último presidente ejecutivo de AIG y promotor Maurice «Hank» Greenberg); se han puesto a cargo de firmas zombi nacionalizadas, como Fannie Mae (Herbert Allison, último presidente de Merrill Lynch); han pagado 26 y 42 millones de dólares, respectivamente, por nuevos alojamientos en el número 15 de Central Park West de Manhattan [barrio residencial lujoso de Nueva York ;T.], donde sus chóferes tienen su propia habitación de espera (Lloyd Blankfein, presidente ejecutivo de Goldman Sachs; Sanford «Sandy» Weill, último presidente ejecutivo de Citigroup, que puso su ático a nombre de un consorcio de su mujer, quizás oliendo con antelación unas pocas preguntas latosas sobre los 1.000 millones que chupó de Citigroup antes de que la Reserva Federal tuviera que implantarle al banco la sonda gástrica de alimentación forzada).

Estamos viendo definitivamente todos los signos del resultado 2: el esquema se está hundiendo bajo su propio peso; hay pánico por doquiera que Wall Street haya dejado su huella.

Pero el resultado 3 es el más fascinante ámbito de experiencia del clásico esquema de Ponzi. En efecto, las autoridades legales han examinado los libros de estas firmas, salvo un ámbito al que me referiré más adelante. Lo que encontraron fue activos que no valían nada junto con deudas ocultas fuera de balance, en vez de los fondos reales depositados. En lugar de arrestar a los autores y de cerrar los esquemas, las autoridades federales han desarrollado sus propios nuevos esquemas y bombeado cerca de 2 billones de dólares de dinero de los contribuyentes para apuntalar a las firmas, mientras dejaban a los intrigantes en sus cargos. Igualmente asombroso es que el Congreso no haya emprendido investigación significativa alguna. Ha dejado a muchos veteranos de Wall Street preguntándose si el problema no es que las firmas sean «demasiado grandes para fallar», sino que «hay demasiados Ponzis para procesar». Imagine la reacción en todo el mundo al saber que todas las paparruchas que vienen de los comités asesores de EEUU y de los académicos de la ivy-league [grupo de las ocho universidades más prestigiosas de los EEUU;T.] durante la última década sobre la teoría de la eficiencia del mercado y la desregulación y la «teoría del goteo» constituían meramente una añagaza destinada a poner por obra un gigantesco esquema de Ponzi, ahora apuntalado por el rescate del Departamento del Tesoro y por los préstamos de nuestro banco central, la Reserva Federal.

Afortunadamente para los contribuyentes estadounidenses, Bloomberg News tiene algunas mentes investigadoras, aunque nuestro Congreso y los fiscales no las tengan. El pasado 20 de mayo, un periodista de Bloomberg News, Mark Pittman, presentó una demanda basada en la Freedom of Information Act (FOIA) [una ley de EEUU de 1966 sobre la libertad de información que obliga a las agencias federales a entregar su información; T.] a la Reserva Federal pidiendo detallada información relevante acerca de las personas a las que había dado el banco central estos masivos préstamos, y sobre las garantías que esas empresas habían pesentado como colateral de los préstamos recibidos. Bloomberg también quería detalles sobre los «contratos con entidades externas que mostraban que los empleados o entidades eran usados para poner precio a los valores relevantes y para conducir el proceso de préstamos.» Hasta el momento, nuestro opaco banco central no ha dicho ni pío sobre alguno de estos puntos.

Por ley, la Reserva Federal tuvo hasta el 18 de junio para responder a la demanda presentada amparándose en la FOIA. He aquí lo que sucedió, de acuerdo con el pleito presentado por Bloomberg: el 18 de junio de 2008, la Reserva Federal invocó su derecho para alargar la respuesta hasta el 3 de julio. El 8 de julio, la Reserva Federal llamó a Bloomberg News para comunicar que estaba tramitando la petición. La Reserva Federal llamó de nuevo a Bloomberg el 15 de agosto, y Alison Thro, abogado principal y otra empleada, Pam Wilson, informaron que su petición recibiría una denegación razonada a finales de septiembre. No hubo más contactos ni respuesta luego, ni siquiera comunicación oficial de denegación. El 7 de noviembre Bloomberg News contraatacó con un pleito federal ante Consejo de Gobernadores de la Reserva Federal, alegando lo que sigue:

«Los documentos gubernamentales que Bloomberg busca son fundamentales para comprender y evaluar la respuesta del gobierno a la más catastrófica crisis financiera en EEUU desde la Gran Depresión. Las consecuencias de esta crisis para el pueblo de EEUU han sido y continuarán siendo devastadoras. Centenares de corporaciones están anunciando despidos como respuesta a la crisis, y la economía fue el principal motivo de preocupación para muchos estadounidenses en las recientes elecciones presidenciales. En respuesta a la crisis, la Reserva Federal ha extendido ampliamente su programa de préstamos a las instituciones privadas financieras. Para obtener el acceso al dinero público y salvaguardar los intereses de los contribuyentes, los prestatarios son requeridos a depositar garantías. A pesar del interés público manifiesto en tales materias, ninguno de los programas mismos hace referencia a revelación alguna acerca de las garantías depositadas o de los métodos de la Reserva Federal para evaluarlas. Así, aunque los contribuyentes son la contraparte esencial de las garantías, no han recibido información alguna sobre el tipo de garantías recibidas, sobre la forma de evaluarlas y sobre la identidad de los evaluadores.»

Como prueba de que Bloomberg News no está haciendo una hipérbole cuando usa la palabra «catastrófica» en la presentación de demanda a la Corte federal, considérense los siguientes movimientos en la cotización de las acciones de algunas de estas gigantescas instituciones financieras (todos los precios actuales son intradía del 12 de noviembre):

(AIG): actualmente 2’16 dólares, en mayo de 2007: 72.

Bear Stearns: absorbido por JPMorganChase para eludir la bancarrota; precio de la acción en abril de 2007: 159 dólares.

Fannie Mae: actualmente 65 céntimos, en junio de 2007 69 dólares.

Freddie Mac: actualmente 79 céntimos, en mayo de 2007 67 dólares.

Lehman Brothers: actualmente 6 céntimos, en febrero de 2007 85 dólares.

Lo que todas estas compañías tienen en común es que formalizaron contratos secretos llamados Credit Default Swaps (instrumentos que aseguran la deuda en caso de impago) sobre sí mismas y/o entre ellas. Estos no son los créditos del mismo nombre revelados por la Depository Trust and Clearing Corporation [la mayor compañía del mundo de servicios financieros;T.]. Se trata de los contratos que aún viven en la oscuridad y están en la raíz de que los bancos de Wall Street no se prestan entre sí y de que el precio de sus acciones se derrita más rápido que un copo de nieve en pleno mes de julio.

Un Credit Default Swap puede ser usado por un banco para protegerse contra el incumplimiento de los préstamos que puedan producirse mediante la compra de un tipo de seguro de otro grupo. El comprador paga una prima por adelantado anualmente, y los vendedores pagan la cantidad del seguro en caso de incumplimiento. En los últimos años, sin embargo, los contratos han sido usados de forma creciente para especular sobre el incumplimiento cuando el comprador de los Credit Default Swaps no tiene vínculos con la firma o con los instrumentos de la deuda subyacente. Los contratos totales de Credit Default Swaps pendientes de pago suman ahora entre 34 y 54 billones, dependiendo de qué datos se usen, y permanecen en un desregulado mercado en la sombra. Es también bastante probable que ninguna de las firmas que acordaron el pago de centenares de miles de millones en seguros, como AIG, tuviera el dinero para hacerlo. Es también bastante probable que si estas protecciones resultasen ser no recuperables, cantidades masivas de nuevo capital serían necesarias para las grandes firmas de Wall Street, y algunas podrían ser estimadas como insolventes.

Mientras el Congreso no realice investigaciones serias y proceda a interrogatorios en comisiones especializadas, el contribuyente estadounidense hará poco más que seguir financiando esquemas Ponzi, mientras que las empresas que generan productos y servicios reales, puestos de trabajo y legítimas contribuciones a la economía de este país son abandonadas a su suerte.

Pam Martens trabajó en Wall Street durante 21 años.

Gracias a SIN PERMISO
http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2177

El cielo y el infierno – por Joan Arnau – En TIERRA DE GENISTAS
Sábado, 27. Mayo, 2006

Record de beneficios de la banca… endeudamiento máximo de las familias
http://tierradegenistas.blog.com.es/2006/05/27/ru~832540

Botín, tras ganar 7.600 millones de euros: ‘No tenemos operaciones corporativas a corto plazo’ – EL CONFIDENCIAL
http://www.elconfidencial.com/economia/noticia.asp?id=8485

Esquema Ponzi – En WIKIPEDIA
http://es.wikipedia.org/wiki/Esquema_Ponzi

Emilio Ontiveros pide más control a bancos y cajas para que el dinero público llegue al crédito
EUROPAPRESS

http://www.europapress.es/economia/finanzas-00340/noticia-economia-finanzas-emilio-ontiveros-pide-mas-control-bancos-cajas-dinero-publico-llegue-credito-20081211122121.html

BERNARD MADOFF
Arrestado el ex presidente de Nasdaq por un presunto fraude de 50.000 millones de dólares

http://www.elmundo.es/mundodinero/2008/12/12/economia/1229087237.html

Madoff engañó al Santander sobre su solvencia hace tres semanas
http://www.elmundo.es/mundodinero/2008/12/18/economia/1229571521.html

Madoff y el Santander
http://foro.finanzas.com/caso-madoff-t4082.html

Cien años de ‘timo piramidal’ o cien años de codicia humana
http://www.elmundo.es/mundodinero/2008/12/15/economia/1229338435.html

Bernard Madoff, el estafador de Wall Street, da un poderoso golpe de mano a favor de la justicia social – por James Petras
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=77892

‘Credit crunch’, ni se le ve, ni se le espera

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VIRGINIA ZAFRA – 22/03/2008 19:42

En el mercado financiero asusta casi todo en estos momentos, pero hay una circunstancia más temida que el resto por la catástrofe que puede provocar en la economía real, la que afecta a los ciudadanos de a pie. Es el fenómeno conocido como credit crunch (restricción severa del crédito), en el que las entidades dejan de financiar a las empresas. Eso provoca inevitablemente su paralización y, por ende, la del conjunto de la economía.

La crisis mundial derivada de las hipotecas subprime ha limitado sustancialmente las vías de la banca para conseguir fondos que prestar a sus clientes. Por eso, han saltado las alarmas sobre el riesgo de un credit crunch en Estados Unidos y en Europa.

Pero ¿estamos realmente al borde de esa situación? Los últimos datos conocidos en la Unión Europea (UE) y en España sobre el crédito a empresas dejan claro que no hay indicios del fenómeno y reflejan que tendrían que darse circunstancias mucho más negativas que las actuales para que pudiera llegarse a esa situación. De hecho, la financiación al sector empresarial creció en la UE un 14,6% entre enero pasado y el mismo mes de 2007, la mayor tasa desde la creación del BCE.

En España, creció en el mismo periodo el 18,8%, muy lejos también de un credit crunch, aunque en este caso con una evolución diferente al conjunto de la zona del euro. Los bancos y cajas nacionales han frenado en doce meses la financiación a las empresas, sobre todo por la menor actividad de constructoras e inmobiliarias. Hace sólo un año, las tasas de incremento superaban el 30% y desde agosto se han reducido ocho puntos. Y la moderación irá a más en el año, hasta cerrar con subidas de entre el 12% y el 14%, según las previsiones.

El grifo sigue abierto

De ahí hasta cerrar el grifo a las empresas queda mucho trecho, recuerdan en el sector, donde explican que la menor financiación que están dando ahora se debe más a la menor demanda (por la desaceleración económica) que a una negativa por su parte a conceder nuevos préstamos. Aunque reconocen su mayor prudencia, sobre todo, con el ladrillo.

Los bancos y cajas no dejarán de financiar a las empresas entre otras cosas porque no pueden o no les interesa. Los hogares compran ahora muchas menos viviendas que antes y firman, por tanto, menos hipotecas, lo que obliga al sector financiero a buscarse las habichuelas en otros ámbitos, como los préstamos corporativos, que son muy rentables.

Apoyo del BCE

Una vez que las entidades españolas tienen claro que van a seguir financiando a las empresas, la cuestión radica en si tienen fondos para hacerlo. De momento, aseguran que disponen de la liquidez necesaria para seguir operando con normalidad sin acudir a los mercados de emisión de deuda, como hacían hasta que saltó la crisis y que ahora están cerrados.
Mientras las condiciones vuelven a su ser, la fórmula que están utilizando para conseguir fondos son las subastas del BCE, que hasta el pasado agosto utilizaban mínimamente. Aunque no todos lo hacen –BBVA, Santander y Popular, los tres bancos más grandes, dicen que no han ido por el momento– y algunos de los que lo han hecho, aseguran los expertos, no lo necesitan y únicamente recurren a esta financiación porque es barata y les permite obtener unos rendimientos añadidos prestando esos fondos a otras entidades.

Para acudir a esas subastas, las entidades empaquetan sus garantías –bonos, créditos a clientes o cédulas hipotecarias– y las depositan en el Banco de España, que las analiza y les aplica el correspondiente descuento para limitar al máximo el riesgo que asume el BCE. El sistema es tan duro que a los activos entregados se les aplican recortes entre el 0,5% y el 18%.

Las titulizaciones hipotecarias, las más utilizadas por la banca española, se reducen entre un 12% y un 18%, aunque la posibilidad de resultar fallidas es en la mayoría de los casos inferior al 0,1%. Por tanto, si una entidad presenta un paquete de 1.000 millones de euros de hipotecas, sólo podrá obtener con ellas 820 millones de financiación.

Con este sistema, las entidades españolas recibieron 44.067 millones en febrero, prácticamente lo mismo que en diciembre, el mes en que se suele recurrir más al BCE para mostrar unas cifras de liquidez holgadas en las fotos de fin de año. Esa cifra duplica a la del mismo mes de 2007. Esto refleja, según un banquero español, un mayor uso de esa fórmula, pero no problemas de fondo –como dijeron diarios británicos y algún banco de inversión–.

Es la misma vía de financiación que tradicionalmente ha utilizado el sector financiero alemán, al que nunca se ha criticado por ello. Afirma, además, que la banca española tiene capacidad para multiplicar su recurso al BCE y cuenta con los mejores ratios de morosidad de la UE, pese a su aumento reciente y las mayores coberturas por posibles fallidos.

Al cierre de 2007, la mora era del 0,922% y en enero, del 1,036%, frente al 2,2% de la zona del euro, según los datos de septiembre, los últimos publicados.

Ante esas cifras y dada la aparente ausencia de problemas de liquidez, el credit crunch ni ha asomado ni se le espera.